En el año 2000 el House of World Cultures de Berlín organizó una pequeña exposición de cajas negras, pensada especialmente para escolares y público infantil. El Black Box Exercise fue un proyecto artístico nacido en Hong Kong que presentaba una serie de cubos de 35×35 cm (el tamaño de un paquete de regalo) que escondían en su interior distintas sorpresas (muñecos, collages de fotos, habitaciones…).
Colocadas sobre pedestales a distintas alturas, las cajas ofrecían una obra distinta según la propuesta del autor de cada una. Aunque la muestra estaba abierta a cualquier público, los que se mostraban más estupefactos eran los pequeños visitantes de la exposición. Sus caras reflejaban el asombro de abrir un cubo negro misterioso que albergaba lo desconocido.
Esta remembranza no viene muy a cuento, pero es la sensación causada por las habitaciones de Microteatro por dinero, la propuesta alternativa teatral que de miércoles a domingo se puede ver en el local de la madrileña calle de Loreto y Chicote, en pleno barrio del Triball.
Puntos en común con los cubos negros: en los bajos del local, un estrecho y largo pasillo negro da entrada a cinco habitáculos que encierran un espectáculo teatral distinto, con su propia escenografía, drama y actores. Por cambiar, cambian hasta las posaderas del respetable (unas veces de pie y otras sentados en distintas sillas). Esta sensación de puerta que encierra lo desconocido es parecida a la de un prostíbulo en el que cada habitación aloja un vicio distinto. Lo del prostíbulo sí viene a cuento en el caso del Microteatro. El germen (buena palabra) de la sala fue una iniciativa que tuvo lugar en el 2009 en un piso (antigua casa de putas) de la calle Ballesta en el que se montaron mini-obras en cada una de las habitaciones. Microteatro por dinero fue el salto a la permanencia y la presentación a un público asiduo y fiel que abarrota su bar de entrada.
Cada mes se propone una temática distinta con la que cada obra pretende tener un nexo de unión. En noviembre fue “Porque me asusto” y este mes “Por el futuro”. Como la cosa va de disfrutar con las mini-representaciones de entre diez – quince minutos a modo de piscolabis, pues se podría hablar de piezas sueltas. En noviembre Monocroma de Álvaro Aranguez, con Daniel Eusse y Mariona Martínez, ofreció una desternillante comedia con la frescura de AQUEL Almodóvar y con una escenografía en rojo, toda monocroma. Fantásticos y divertidísimos los actores. Este diciembre, Oficina de Patentes y Plan B cambian el futurible con un toque de humor. La primera destaca por los sencillos y efectivísimos recursos escenográficos y por una trama divertida aunque con un final algo abrupto. Plan B es algo más intensa y nos presenta una teoría (del tipo conspirativo) sobre lo que pudo ser la muerte de Cristo. La cartelera es más amplia, a gusto del que acuda.
Cuatro euros, quince minutos, un corredor con varios tabernáculos y cinco días a la semana. Ésta es la degustación teatral a disfrutar (sólo o con amigos) en el moderno y tan de moda barrio de Triball en Madrid. Planazo para repetir, recomendar y hacerse fiel.
La clá
http://www.lacla.es/
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Microteatro por dinero. Calle Loreto y Chicote 9, Madrid.
http://www.teatropordinero.com/
Sobre el Black Box Exercise
http://www.khojworkshop.org/book/black_box_an_exercise_experimentation_on_arts_education
Imagen:
Logo de Microteatro por dinero. Por cortesía de Microteatro por dinero.