“Played in Britain: Modern Theatre in 100 Plays 1945 – 2010”. Aplicación para el ipad del Victoria & Albert Museum (Londres). PRIMERA PARTE.

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El formidable museo de arte y diseño londinense, el Victoria & Albert Museum (V&A), ha lanzado una aplicación para el ipad en la que se hace un recorrido por el teatro en Gran Bretaña desde 1945 a 2010 a través de 100 de los mejores montajes.

La aplicación está disponible sólo para ipad (los “androides” tendrán que cruzar los dedos para su lanzamiento en este formato o bien pedir prestada la tableta de Apple a algún familiar cercano). El precio es de 7,99 libras (unos once euros a cambio de hoy) y aunque sea un precio medio-caro, se trata de una aplicación extensa que permite su disfrute de forma alargada en el tiempo. Aviso a usuarios: la app. crea cierta nostalgia hacia un pasado no vivido. Leyendo las críticas publicadas en The Guardian o The Telegraph, y agrandando las fotografías de los montajes, uno fantasea con haber estado en el Londres de los 50 para aplaudir a Alec Guiness en escena o a Vivien Leigh recreando a Blanche Dubois.

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El presentador de la App, Simon Callow

El actor Simon Callow (muy popular por su personaje de rechoncho escocés gay en Cuatro bodas y un funeral) hace de guía y narrador a lo largo de la aplicación que surgió, nos cuenta, tras la adquisición por el V&A del archivo del fotógrafo Douglas Jeffery en el año 2010. Jeffery trabajó como fotógrafo para The Guardian y fue uno de los primeros que logró el acceso a los ensayos para tomar las imágenes de los montajes. Uno de sus deseos fue que su colección fuese heredada por el V&A, museo que custodia un riquísimo fondo teatral compuesto por fotografías, libros de contabilidad, documentos jurídicos, manuscritos, folletos, cartas, pinturas, maquetas, vestimenta, billetes, grabaciones audiovisuales, artículos, etc.

La aplicación “Played in Britain…” se divide cronológicamente en seis episodios: años 1945-1955; años 1956-1968; años 1969-1979; años 1980-1989; años 1990-1999; años 2000-2010. Cada sección incluye una selección de obras representativas. Cada obra se acompaña con un pequeño ensayo sobre cada montaje, imágenes de las representaciones, referencia a los actores, links a críticas de la época publicadas en The Guardian o en The Daily Telegraph y extractos de audio con entrevistas actuales.

1945 – 1955: De la guerra al bienestar

El período de pos-guerra trajo un apetito en el público por obras más serias. El teatro no debía ser ya una distracción frente a la batalla, y podía por tanto adentrarse en una temática social más profunda. El sistema de subvención estatal ayudó decisivamente al surgimiento de este teatro más comprometido y alternativo frente al teatro comercial (mucho más dependiente del éxito de taquilla). La influencia de dramaturgos americanos como Arthur Miller y Tennessee Williams se nota en los montajes de la época.

De las distintas obras seleccionadas, es posible extraer algunas notas en común. Se crean personajes femeninos complejos e icónicos, abundan las relaciones sociales y familiares destructivas, comienza a apuntarse una temática social incómoda (homosexualidad, etc.) y predomina una fuerte dosis de existencialismo y absurdo (es la época de Sartre y Beckett).

Entre las obras destacadas por el V&A, aparecen dos clásicos de la escena: “Llama un inspector” de Priestley (en España fue representado por el recientemente fallecido Fernando Guillén) y “La ratonera” de Agatha Christie. “An inspector calls” se estrenó en Moscú para luego ser montada en Londres con Ralph Richardson en el papel del inspector Goole y Alec Guiness como Eric Birling. Las críticas de la época fueron dispares, pero coincidieron en ver al inspector como una figura sobrenatural que actúa como conciencia de una época complaciente, previa a la primera guerra mundial.

Otro inspector, en este caso mucho más de carne hueso, es uno de los protagonistas de “The mousetrap”. Sir Richard Attenborough interpretó el papel del sargento Trotter en el primer montaje de la obra en el año 1952. Esta obra de la novelista inglesa Agatha Christie batió records en el año 2012 al haber logrado estar en cartel de manera continuada durante 60 años.  “The mousetrap” se ha convertido con los años en una “charity” (es decir, en el equivalente a una fundación) que trabaja por acercar el teatro a los más pequeños (http://www.mousetrap.org.uk/).

En este período se montaron además dos obras emblemáticas.

En 1949, los “royals” de la escena, Laurence Olivier y Vivien Leigh importaron de EE.UU. “Un tranvía llamado deseo” de T. Williams. El teatro en lengua inglesa había tornado la cabeza hacia Norteamérica, de donde vendrían algunas de las obras más importantes en los próximos años. Antes del estreno se produjo un debate en el Parlamento Británico sobre el contenido de la obra que, no olvidemos, trata temas como la enfermedad mental, la violación o la homosexualidad. La interpretación de Leigh fue un rotundo éxito que le daría, dos años más tarde, el Óscar a mejor actriz por su interpretación en la película de Kazan.

La otra obra a destacar es “Esperando a Godot” de Samuel Beckett, montada en Londres en 1955. La trama supuso una ruptura con los convencionalismos teatrales. Las acciones dramáticas normalmente traían consecuencias y el paso del tiempo suponía siempre un cambio de situación. En Godot nada de ésto ocurre. La obra se enlazó con el teatro del absurdo y en algunos países se asoció al contexto político. La representación de 1956 en Polonia y la de 1969 en Eslovaquia fueron vistas como un canto a la esperanza y un anhelo hacia el cambio de régimen.

1956 – 1968: Los jóvenes revolucionarios

Estos años están asociados con una generación de novelistas y dramaturgos que fueron conocidos como los “Angry Young Men”. Entre ellos destacan, Edward Bond, Harold Pinter, John Osborne…

El mismo año que se estrenó la obra “Look back in anger” de Osborne, 1956, Arthur Miller había declarado que el teatro británico se encontraba herméticamente sellado frente a cualquier cambio social. Estos jóvenes alternativos serían los impulsores de un nuevo teatro que definiría la década que revolucionó la escena británica. Es en esta década cuando se funda la hoy emblemática Royal Shakespeare Company. Al finalizar el período se produce un hito decisivo: la supresión de las atribuciones censoras de la figura del Lord Chamberlain. Aunque hoy parezca sorprendente, en los años precedentes las obras teatrales podían ver denegada su licencia de puesta en escena por la incorrección moral de su propio contenido.

El director de escena Peter Brook montó algunas de las obras más emblemáticas de este período. En 1956 se representó “A view from the bridge” (Panorama desde el puente) de Miller, con Richard Harris y Anthony Quayle aclamados, en sus respectivos papeles, por la crítica. Otra de las producciones emblemáticas de Brook fue “Marat / Sade”, escrita por Peter Weiss, y montada en 1964 por la Royal Shakespeare Company como resultado de una serie de talleres teatrales en los que se trabajó sobre la noción del teatro de la crueldad de Artaud.

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Photo by Douglas H Jeffery Courtesy V&A Image

En 1962, la actriz Brenda Bruce fue muy aplaudida por su papel de Winnie en la obra de Samuel BeckettHappy Days”. Se trata de un monólogo absurdo y cotidiano que, a través de un poderosísimo efecto escénico (la protagonista está toda la obra semi-enterrada en un montículo), produce un efecto angustiante y de calado existencialista. En Madrid se pudo ver por primera vez esta obra en el año 2007 con una impactante y magistral Fiona Shaw enterrada en una montaña hecha crecer en las naves del Matadero.

–          Fin de primera parte      –

 

La clá

www.lacla.es

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Victoria and Albert Museum

http://www.vam.ac.uk/

itunes – Played in Britain: Modern Theatre in 100 Plays 1945 – 2010

https://itunes.apple.com/gb/app/played-in-britain-modern-theatre/id570182331?mt=8

Imágenes:

Portada de la aplicación y fotografías, por cortesía del Victoria and Albert Museum.

(*) Winnie (Brenda Bruce) in Happy Days by Samuel Beckett, Royal Court, 1962. Photo by Douglas H Jeffery, courtesy V&A Images