Esta temporada 2014/2015 del Teatro Real trae, para gran alegría, un nuevo programa pedagógico pensado para que disfruten los más jóvenes. Se inicia con el conocido cuento musical de “Pedro y el lobo”, compuesto por Serguéi Prokófiev, que es una maravilla de la pedagogía y de la creación.
En el año 1936 el músico ruso, a su regreso a Rusia tras una larga gira europea y americana, compuso esta obra pensando en los más pequeños. Trató de acercar la música y los instrumentos de la orquesta a los niños, y para ello usó una narración simple y una música melódica, marcada por la personalidad de los protagonistas. El pato sería un oboe, Pedro los instrumentos de cuerda, el abuelo el fagot… y así hasta conformar una identidad musical para todos los protagonistas de la historia.
El doble salto que logró Prokófiev fue lograr una triple asociación: personaje – instrumento – símbolo. El pájaro se pincela con la flauta y representa la valentía, mientras que el abuelo se representa mediante las notas graves del oboe y es la imagen del conservadurismo.
En el año 1997 la compañía de títeres de origen granadino, Etcétera, decidió montar “Pedro y el Lobo” en versión animada con marionetas luminiscentes, siguiendo la técnica del teatro negro de Praga. El resultado fue premiado como mejor espectáculo infantil nacional en Teatralia (1999) y los éxitos han continuado con sucesivas reposiciones de la obra, algunas en teatros tan prestigiosos como el Liceo de Barcelona o el Real en Madrid.
La belleza de este espectáculo es que la compañía Etcétera ha tenido el gusto de respetar la simplicidad en origen de la obra. Los títeres son aparentemente muy básicos, siguiendo la estética de las vanguardias. Como buenos titiriteros, Etcétera consigue que un mero gesto se convierta en una faceta de la personalidad. El abuelo tiembla como buen gruñón y el lobo se contonea, seguro de sí mismo, como cualquier depredador.
Al espectáculo le acompaña una guía pedagógica editada por el Teatro Real que puede utilizarse para acompañar la muy recomendable asistencia. La única pena es que “Pedro y el Lobo” sólo está un par de fines de semana, aunque el ciclo pedagógico continúa, eso sí, con nuevos espectáculos.
No hay que hacer caso a la recomendación de edades del programa (mayores 7 años), y aquéllos que quieran ir acompañados de niños a partir de tres años pueden hacerlo con la seguridad de que disfrutarán y comprenderán el cuento musical como los mayores.
El último sábado de septiembre hay una nueva oportunidad para disfrutar de esta maravilla de pieza musical que forma parte de los recuerdos infantiles de muchos de nosotros. Hoy un compañero recordaba la grabación que solía escuchar de pequeño con uno de los mejores actores, dobladores y narradores de nuestro país, Fernando Rey.
La clá
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“Pedro y el Lobo” Teatro Real
Compañía Etcétera
Imagen por cortesía del Teatro Real. Fotógrafo: Javier del Real