Entremeses de Cervantes. Teatro Abadía, Madrid.

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Entremeses. Imagen Ros Ribas.

Arranco a escribir la crónica de estos “Entremeses” servidos por José Luis Gómez en el Teatro de La Abadía, recordando la versión cervantina de Els Joglars que vi hace ya más de diez años en Madrid. Visito Internet para hacer memoria de aquel montaje, y Google me responde que se montó en el desaparecido Teatro Albéniz de Madrid (ay…).

Del Albéniz tengo grandes recuerdos. Uno de ellos (quizás el más vivo), ni tan siquiera tiene que ver con una actuación que viese allí. Bajando de noche por la calle de la Paz, en la que se sitúa el teatro, apareció de frente una mujer acompañada y caminando con un ramo de flores enorme. Llevaba la cara iluminada de pura felicidad y sonreía como una niña pequeña. Era el año 2001 y Nuria Espert salía de representar “Medea” en el Teatro Albéniz, agasajada con un ramo de algún amigo o admirador.

Rememoro aquel momento por el impacto que supuso que, un día cualquiera, en una representación cualquiera, esta gran actriz con una carrera consolidada y larga, saliese de hacer su trabajo radiante, sin haber perdido un ápice de ilusión.

Ayer, en el Teatro de la Abadía, otro grande, José Luis Gómez, asistía de pie, discreto junto a la puerta (también en un día cualquiera de función), al montaje de sus “Entremeses”. La misma pasión en sus ojos mientras observaba a los actores saludando a un público que ovacionaba el fin de la representación.

Y en estas reflexiones acabo, cómo no, sintiendo envidia de una profesión que es dura, exigente, ingrata, pero a la vez terriblemente vocacional. Un oficio, el teatral, que consigue que en un día rutinario, que no se significa por nada en especial, profesionales que llevan años trabajando sobre las tablas reflejen en sus caras la satisfacción (no envejecida) por lo bien cumplido.

Hace veinte años José Luis Gómez producía los “Entremeses” de Cervantes en el Teatro de la Abadía y, como fiesta y conmemoración, lo ha puesto en pie en homenaje a todo este tiempo transcurrido.

El entremés se desarrolló hace siglos como género teatral designando a las piezas cortas de carácter burlesco, en prosa o verso, que se representaban entre obras para divertir al público. Solían acompañarse de cancioncillas y bailes. Según lo ha descrito un estudioso, “el entremés constituye un género teatral intranscendente, juguete de cuarto de hora, y no admite altas ambiciones estéticas, ni psicología compleja” (1). El director José Luis Gómez destaca precisamente la condición de miniaturas aparentemente modestas, pero perfectas, de estas piezas teatrales de Cervantes (así lo expresa en el programa de mano).

Del conjunto de entremeses, Gómez ha elegido tres: “La cueva de Salamanca”, “El viejo celoso” y la más conocida, “El retablo de las maravillas”. Lo destacable de esta producción es que recupera elementos valiosísimos. Los tres enredos se unen entre sí por cancioncillas populares, referencias al refranero y bailecillos verbeneros. Los actores (algunos son los que participaron en esa lejana primera representación) dan el tono caricaturesco que requieren las piezas, pero conservando el sabor clásico.

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Danzan, bailan y recitan, como en una fiesta y un juego (con la dificultad de usar un texto clásico para ello). Sus correrías recuerdan al fotograma de “El séptimo sello” de Bergman. Al mismo tiempo se asocian a esa concepción escénica del británico Peter Brook. El reparto formado por Eduardo Aguirre de Cárcer, Diana Bernedo, Julio Cortázar, Miguel Cubero, Palmira Ferrer, Elisabet Gelabert, Javier Lara, Luis Moreno, Inma Nieto y José Luis Torrijo parece estar celebrando una fiestecilla popular. El espectáculo es tan liviano, y todo es tan aparentemente sencillo y poco forzado, que los actores flotan.

Termino con la farsa social que representa El retablo de las maravillas: esa pose a la que toda sociedad sucumbe, y en la que es mejor aparentar que reconocer la ignorancia. El retablo de Cervantes es el lienzo en blanco que pintó en el año 1994 Yasmina Reza en “Arte”. José Luis Gómez lo ha traído de nuevo a las tablas, optando por resaltar los elementos clásicos, y consiguiendo que esta fiestecilla burlesca se convierta en un éxito de esta temporada teatral.

La clá

www.lacla.es

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Teatro La Abadía

www.teatroabadia.com

Imagen de “Entremeses” por cortesía del Teatro La Abadía. © Ros Ribas.

(1) Entremeses. Miguel de Cervantes. Edición Jacobo Sanz Hermida. Pasaje de Asensio.