Microteatro por dinero es un habitual de este blog. O casi debería decir lo contrario.
El motivo es que con Microteatro no ocurre aquéllo de “no he acertado”. En parte, porque la elección va más allá de lo teatral. Microteatro mola. Y mola porque siempre hay gente, no importa si es la sesión golfa o la infantil. Porque está en mitad de un barrio muy divertido, el Triball, que permite combinar el plan con una cena, unas copas o un desayuno tipo brunch, según sea noche o día. Y lo que más mola de Microteatro es la parafernalia que precede a la entrada en los cubículos. Llevo no sé cuántas obras y siempre está la expectativa de ver en qué se habrá convertido en esta ocasión el cubículo de la habitación del sótano.
Otro de los logros de Microteatro es estar en permanente evolución. Han pasado sólo cinco años, pero la sala ya se ha transformado varias veces. La taquilla ahora está con acceso a la calle. A las sesiones nocturnas se le unieron las sesiones infantiles con micro obras de teatro infantil, en su mejor formato, el de quince minutos. Ha abierto sedes en distintas ciudades y acaba de anunciar que próximamente estará en Barcelona.
El precio sigue siendo un micro precio, pero para los más asiduos se ha creado una tarifa plana que ofrece un descuento del sesenta por ciento.
Este marzo la temática gira en torno a la vanidad. En la pieza “El paseíllo” la vanidad es la torpeza con la que un teniente de la guerra civil recibe un ascenso no merecido y que deberá defender mediante la toma de Calatraba.
En esta pieza se hace un recorrido humorístico al tan manido tema de la guerra civil, con guiños a Gila o a los chistes fáciles sobre la guerra en nuestro cine. Dos militares y un cura (Ezequiel Romero, Martín Brotons y Nacho Redondo) son el reparto de esta divertida micro sátira.
La clá
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Microteatro por dinero. El paseíllo:
http://microteatromadrid.es/el-paseillo/
Imágenes por cortesía de Microteatro.