Caza Mayor. La pensión de las pulgas.

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El maestro del suspense, ya saben, Alfred Hitchcock, dedicó una escena gloriosa de la película “Cortina rasgada” (Paul Newman, Julie Andrews) para materializar una de sus ideas: la extrema dificultad de matar a una persona (aunque sea en cine).

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Escena de «Cortina rasgada»

El director inglés creó un prototipo de mujer intocable y sus decorados, en ocasiones, se exhibían artificiosamente, como un trampantojo. Pero una cosa es falsear las apariencias con determinados elementos escenográficos, y otra es que el séptimo arte oculte determinadas verdades. Hitchcock criticó del cine la facilidad con la que parecía que se podía cometer un asesinato. En Cortina rasgada, la muerte del espía soviético Gromek se convierte en una tarea de muy difícil ejecución para Newman y la desconocida granjera. Unos años después, y con mayor crudeza, mostraría la dificultad de asesinar a alguien en la película “Frenesí”.

Bien, pues si cogemos el predicamento de Hitchcock, y lo inflamos de política nacional y mamarrachería, para luego elevarlo al absurdo, y hacerlo explotar en forma de Raffaella Carrá, tenemos la obra “Caza Mayor” que puede verse en La Pensión de las Pulgas.

Este divertimento (o dislate) es una crítica social a los engendros neo marbellíes de la cultura del pelotazo. La trama (o drama psicótico) se nutre del hartazgo hacia los políticos y es resultado de la impunidad a la que los ciudadanos hemos asistido frente a ciertas corruptelas.

Por su verborrea gay, su humor cáustico y desenfadado, sus excéntricos números musicales (a golpe de puñal y mamporro) y su crítica social, “Caza Mayor” se eleva a puro cabaret berlinés. Insustancial, irreverente, alocado y excesivo.

¿Para qué público? Pues no sabría decir. Para aquél que no esté enfadado consigo mismo y con los demás. A la función de “Caza Mayor” asistieron jubilados, un grupo de varias compañeras de trabajo, parejas gays y heteros, un par de amigos y algún que otro actor. Y todos se divirtieron.

Ahora bien, durante hora y poco todos padecieron lo chungo que es cargarse a alguien, y más si va vestido de Louis Vuitton.

La clá

www.lacla.es

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La pensión de las pulgas

http://lapensiondelaspulgas.com/

Imagen del cartel por cortesía de La pensión de las pulgas.