La escenografía es un elemento teatral valiosísimo que ha perdido el protagonismo que se merece por culpa de la crisis. Sólo los espectáculos subvencionados (Zarzuela, Ópera, teatro clásico…) pueden permitirse el lujo de contar con un gran elenco actoral y con un decorado que acompañe a la trama. Otra excepción se viene produciendo en el teatro infantil, donde la imaginación abunda, y donde se adopta un espíritu creativo.
Los niños complementan con su imaginación aquéllo que los ojos no ven. Y raramente les importa si un cohete está soldado o pegado con cartón.
La compañía gallega infantil Baobab ha desplegado toda su artillería en la puesta en escena de Luppo, un montaje de marionetas y objetos de cartón. Óscar Ferreira está a cargo de la dirección y del diseño de la escenografía. Andrea Bayer es la autora del guion y narradora y manipuladora de la marioneta Tulum. Xosé Manuel Esperante es el otro actor de la obra, y da vida a multitud de personajes, desde Luppo a tenderos con cabeza de cartón.
La producción es un homenaje a la escenografía y al poder del ingenio. Si el pintor Dalí dibujaba torsos de mujer con cajoneras, Baobab crea cajas de cartón de las que salen marionetas, periódicos, panes y hasta una gramola. El escenario que recibe al público es un muro de cajas detrás del cual se colocarán Andrea y Xosé Manuel a contar la historia de Luppo y su fiel visitante, Tulum.
La historia es sencilla y con un tono lírico. Cuenta con tres pasajes repetitivos, como les gusta a los niños. Se excede un poco en el tono melancólico final, un poco como le sucede a la película “Up”, cuyo protagonista, un viejo gruñón, es parecido a Luppo.
Lo maravilloso de la escenografía creada por Baobab es que ha conseguido crear escenas de una estética impecable, usando efectos de iluminación del teatro más tradicional, sin tener que usar el ya un poco manido recurso al “teatro negro” (el de caja oscura con objetos luminiscentes).
Compañías infantiles como Baobab están mostrando que la escenografía es un elemento muy valioso del teatro. Por supuesto, puede hacerse teatro sin decorados, al estilo de Peter Brook. Y también puede hacerse un teatro que se sustente casi absolutamente en la escenografía. Todas estas propuestas serán siempre válidas cuando consigan conectar con la imaginación del espectador.
La clá
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Compañía Baobab:
XVIII Festival Teatro Ciudad Rodrigo