Los vecinos de arriba. Teatro La Latina, Madrid.

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Al guionista, director y dramaturgo Cesc Gay le ha salido, con “Los vecinos de arriba”, una comedia teatral típicamente francesa. De esas que tienen lugar en un apartamento moderno, reformado, y en el que vive un matrimonio entrado en la cuarentena, con hijos y profesiones liberales.

Es el equivalente en el XXI de lo que era la comedia de situación. Normalmente la acción transcurre durante una velada o una cena. Y poco a poco las conversaciones irán desvelando la personalidad de los protagonistas. Lo decía el filósofo y dramaturgo Jean Paul Sartre, “el infierno son los otros” para referirse a la confrontación constante de las personas en su relación con los demás.

Parte del teatro comercial y más exitoso de nuestro entorno, con dramaturgos representativos como Yasmina Reza (Un dios salvaje, Arte), Gilles Dyrek (Venecia bajo la nieve), Mathieu Delaporte (El nombre) o Jordi Galcerán (Burundanga, El método Grönholm), vienen desarrollando un drama social soterrado y típicamente burgués. El de la crisis de la mediana edad, con una vida personal marcada por lo profesional y por la convivencia en pareja.

Todas estas obras evidencian, con altas dosis de humor, los pequeños dramas diarios de la generación europea que ha alcanzado la mediana edad. El gran número de obras dedicadas casi a lo que se podría llamarse un género, muestra la perfecta conexión que se ha producido entre teatro y público.

En una época en el que el teatro actual político es minoritario, parece que la dramaturgia ha llegado a un pacto con la audiencia. La crítica social será cotidiana y leve, suministrada en pequeñas píldoras de humor ácido. Este pacto claramente funciona, y si además los escritores son buenos en su oficio, con alta probabilidad se convertirá en un éxito teatral.

Es lo que ha ocurrido con “Los vecinos de arriba”, la historia de una cena entre dos parejas de vecinos que acabará no se sabe si en orgía o en terapia grupal. Cesc Gay es un gran guionista, con excelentes películas como Krámpack o En la ciudad, y domina con maestría el arte de los diálogos.

Por eso “Los vecinos de arriba” es una sucesión de disparates que sólo una buena conversación a cuatro es capaz de sostener. Eso y un reparto perfectamente engrasado: Candela Peña, Andrew Tarbet, Xavi Mira y Pilar Castro.

Cada uno representa a un personaje con un punto caricaturizado. Candela Peña es la mujer que se siente presa en el matrimonio. Xavi Mira, profesor de música, ha perdido el toque de juventud para convertirse en un burgués descontento. Pilar Castro es una psicóloga que ha encontrado en el joven canadiense Andrew Tarbet la diversión que hacía años había perdido.

Candela Peña usa ese toque que como actriz desde temprano le ha distinguido. Esa mezcla entre personaje duro con una vis cómica muy marcada. Pilar Castro brilla, como siempre, por su enorme naturalidad. Pilar ocupa un papel, el de psicóloga liberada, que sutilmente irá adquiriendo protagonismo. Andrew Tarbet es el toy boy canadiense que da a la obra un toque fresco y divertidísimo. Y Xavi Mira hace el papel más serio, pero con contrapuntos cínicos muy efectivos.

Los vecinos de arriba” es una de esas obras que triunfará si gira y que suele ser un acierto a casi cualquiera a quien se recomiende. Forma parte de ese teatro comercial y actual que arrasa taquillas y que tiene el mérito de atraer a todo tipo de público a la butaca. Muy recomendable para plan de pareja o de amigos en fin de semana.

La clá

http://www.lacla.es

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Los vecinos de arriba. Teatro La Latina.

http://www.teatrolalatina.es/es/ex/1279/los-vecinos-de-arriba

Imágenes cortesía de:

http://www.losvecinosdearriba.es