
Proyecto para Como gustéis, 1948. Copyright Salvador Dalí, Fundación Gala – Salvador Dalí / VEGAP, Figueras 2016
El año conmemorativo de Shakespeare (se celebra este 2016 los 400 años desde su muerte) ha servido de motivo para el montaje de una exposición pequeña y ensoñadora que compite con el entorno que le sirve de morada: el mítico Castillo de Púbol que Dalí regaló a su mujer Gala, en pleno Ampurdán Geronés.
Junto con las estancias que decoró Dalí y los enseres y detalles de la vida cotidiana de la excéntrica y artística pareja, el Castillo de Púbol acoge esta deliciosa exposición que exhibe imágenes, diseños, dibujos y otro material relacionado con el montaje de “Como gustéis”, de William Shakespeare, a cargo de Luchino Visconti, como director, y de Salvador Dalí, como artista escenógrafo. La producción se montó en noviembre de 1948 en el Teatro Elíseo de Roma, y estuvo seguida de una notoria controversia.
Profundizar en todo lo que rodeó a la producción permite divagar sobre muchos aspectos y, principalmente, sobre sus tres protagonistas: Shakespeare, Visconti y Dalí.
William Shakespeare escribió “Como gustéis” (1599-1600) entre dos de sus grandes dramas, “Julius Caesar” y “Hamlet”. Estaba en el ecuador de su producción, y se decantó por una de esas obras en las que aparentemente nada ocurre, y donde el lirismo se convierte en protagonista. Es “Como gustéis”, una de las piezas icónicas del dramaturgo por incluir uno de los pasajes más referenciados al mundo del teatro:
All the world’s a stage,
And all the men and women merely players;
They have their exits and their entrances,
And one man in his time plays many parts,
His acts being seven ages.
Curiosamente, Visconti eligió montar “Como gustéis” tras haber finalizado también un filme político. En el año 1948, Luchino Visconti acababa de terminar el rodaje de “La tierra tiembla”, una película de corte político y realista, que pretendía favorecer los intereses del Partido Comunista en unas elecciones que se celebrarían ese mismo año. El resultado electoral relegó a los comunistas a la oposición y Visconti, seguramente desencantado, decidió tomar aire con el montaje de una obra teatral sustancialmente distinta a lo que venía haciendo. Con esta torna hacia lo inocuo y lo aparentemente superficial se ganó críticas punzantes inmediatamente después del estreno.
Vamos con Dalí. El artista figuerense vivía su etapa americana, con incursiones en forma de visitas esporádicas al continente europeo. Exiliado intelectualmente del surrealismo (había sido expulsado del movimiento surrealista en los años 30) y físicamente de Europa a raíz de la Segunda Guerra Mundial, Dalí había desarrollado sus enormes dotes artísticas para la rica sociedad americana.
Estas colaboraciones (en forma de encargos) comenzaron a generarle sustanciosos ingresos pero le reportaron, a cambio, enormes críticas desde el mundo artístico. Hoy, visto con cierta perspectiva, la carrera de Dalí, con sus luces cegadoras y sus profundísimas sombras, es vista con mayor benevolencia. El concepto de artista global y multidisciplinar, que empieza por la persona y se proyecta en todo lo que rodea (muebles, lienzos, joyas…) es algo muy cercano a cualquier artista hoy en activo y es sin duda fruto de la sociedad de consumo.
Dalí, con el olfato perspicaz de Gala, lo llevó a la práctica antes que muchos otros. En el año 1927, un joven Dalí escribía al poeta Lorca: “…Soy superficial y lo externo me encanta, porque lo externo al fin y al cabo es lo objetivo…” (vid. “Querido Salvador, Querido Lorquito. Epistolario 1925-1936.” Ediciones ELBA).
Hacía tres años, Dalí había colaborado con Alfred Hitchcock en la película “Recuerda”, para la que diseñó las escenas oníricas que perseguían en sueños a Gregory Peck. Visconti pensó en él para realizar ahora los decorados de una de las piezas más amables de la producción shakespeariana, “As you like it”. Pero no era la primera vez (ni la última) que Dalí trabajaría en un montaje teatral. El artista visual había colaborado en el montaje de 1927 “Mariana Pineda” de Federico García Lorca con Margarita Xirgú. En su correspondencia con Lorca, puede leerse una misiva de abril de 1927 en la que Dalí da indicaciones muy precisas sobre lo que debía ser el montaje escénico de la obra lorquiana:
“(…) Los telones de los decorados tienen que servir de meros fondos a las figuras, con afiligranadas indicaciones plásticas de la escena; el color tiene que estar en los trajes de los personajes. Por lo tanto, para que éstos tengan máxima visualidad el decorado será casi monocromo, las ligerísimas cambiantes de tono tienen que ser como desteñidas; todos los muebles, cornucopias, consolas, etc. dibujados sencillamente en el decorado; el clave, de cartón recortado y pintado igual que los demás muebles; en cambio, los cristales tiene que ser de verdad (me parece, ¿y a ti?). (…)”
Carta de Salvador Dalí a Federico García Lorca, Figueras, fechada en abril de 1927 “Querido Salvador, Querido Lorquito. Epistolario 1925-1936.” Edición de Víctor Fernández y Rafael Santos Torroella. Ediciones ELBA.
Luchino Visconti llegó a Dalí a través de la diseñadora francesa Coco Chanel. Visconti, como él mismo cuenta en el programa de mano del montaje, buscaba a un escenógrafo excéntrico, a un mago que lograse que su teatro no imitase a nada ni a nadie. Por ese motivo Visconti eligió a un artista discutido como Dalí. Para el italiano, Dalí poseía el don de “hacer escena”, de “hacer escenario”, a la vez que aprovechaba las posibilidades de teatralidad que su propio talento le ofrecía.

Marcello Mastroianni, en el centro de la imagen, representa a uno de los señores del séquito del duque exiliado. Imagen cortesía Fundación Gala – Salvador Dalí, Figueras, 2016.
El montaje de “Como gustéis” realizado por Visconti, con la ayuda de Salvador Dalí (que diseñó no sólo decorados, sino también el vestuario y la iluminación escénica del montaje), fue de un preciosismo absoluto. El director italiano eligió a algunos de los mejores actores italianos de la época. Vittorio Gassman, Rina Morelli, Ruggero Ruggeri y un joven Marcello Mastroianni fueron algunos de los actores destacados. La interpretación rompió con los cánones habituales, moviéndose entre el baile y el lirismo, para acompañar a la trama. Así lo explicó Visconti al respecto del montaje:
“(…) Y la propia actuación se ha movido, coralmente, con un paso, y con gestos, que no son los de la realidad, pero claramente a la búsqueda de una eficacia estilística, de una esencial libertad de movimientos y de gestos. Los bailes “ligan” pasan de la brevedad de los pasos a la elaboración de la música. Libertad, en suma, y reencuentro de lo maravilloso. (…)” (Luchino Visconti, a propósito del montaje de Como gustéis, 1948).
Salvador Dalí diseñó tres espacios para “Como gustéis”, espacios en los que la iluminación era clave. Pueden leerse en la exposición los apuntes realizados al respecto por Dalí en el papel del Hotel Príncipe Saboya de Milán y enviados a Visconti antes del estreno. El primer espacio es la casa de Orlando y se suceden el palacio del duque y el bosque de Arden. Para el primero, Dalí pintó sus elementos arquitectónicos de corte italianizada, mientras que para el bosque colocó unas ovejas disecadas. El efecto debió resultar magnífico. Hoy los montajes operísticos se caracterizan por la creación de ilusiones fantásticas similares.

Decorado del Palacio del Duque. Imagen cortesía de la Fundación Gala – Salvador Dalí, Figueras, 2016
Vanguardista también fue el diseño de vestuario, con detalles preciosistas, como animales colocados en forma de hebilla de los zapatos. Algunas de las propuestas de Dalí tuvieron que ser rebajadas para permitir a los actores moverse libremente.
La exposición “Dalí, Shakespeare, Visconti” del Castillo de Púbol (Gerona) permite fantasear con una época de intercambios artísticos en la que el mundo empezaba a mostrar que cada vez iba a hacerse más global. El montaje fue concebido por el que ha sido uno de los mejores directores cinematográficos, como una superproducción teatral, en la que el mejor dramaturgo iría acompañado de los mejores intérpretes de la época, a su vez ataviados y rodeados de galas dalinianas.
Sólo el Castillo de Púbol merece en sí la visita. Esta pequeña exposición recuerda la vertiente teatral que, durante toda su vida, practicó Salvador Dalí.
La clá
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Castillo Púbol:
http://www.salvador-dali.org/museus/castell-gala-dali-pubol/es_index/
Imágenes por cortesía de la Fundación Gala – Dalí y VEGAP, Figueras 2016. Especial agradecimiento por los materiales facilitados.
“Querido Salvador, Querido Lorquito. Epistolario 1925-1936.” Edición de Víctor Fernández y Rafael Santos Torroella. Ediciones ELBA.
http://www.elbaeditorial.com/es/catalogo/elba/item/querido-salvador-querido-lorquito