Hay un debate inconcluso sobre la salud del teatro en nuestra sociedad. ¿Es buena o es mala? El estado del enfermo se puede medir de distintas formas. Un parámetro es el nivel de calidad de los profesionales del teatro. Y en ese sentido, el estado del sujeto es vigoroso. Hay magníficos intérpretes, gestores, escenógrafos, iluminadores, grandes directores de escena y prolíficos dramaturgos en activo.
También se puede tomar el pulso al público. Y aquí hay unanimidad. Allí donde hay teatro, el público acude a verlo. Parece que las personas quieren contrabalancear el ocio digital con vivencias, y los espectadores optan por experimentar acudiendo a disfrutar de espectáculos en directo. Prueba de ello son los grupos de aficionados teatrales, los datos de afluencia a las salas (remando al viento contra crisis e IVA) y, por supuesto, blogs como éste. Se habla, se tuitea, se escribe, se comparte el plan teatral de la semana.
Vamos con los síntomas de la enfermedad. El teatro está polarizado en prácticamente dos ciudades. Se triunfa en Madrid o Barcelona, y a partir de ahí, con suerte, se gira. Hay un escalón grande con otras metrópolis, lo que no significa que no se haga buen teatro en Bilbao o en Granada, todo lo contrario. Simplemente no está suficientemente descentralizado el tejido teatral.
El otro síntoma de este enfermo imaginario es la falta de estabilidad. Quien se dedica al teatro asume una condición quijotesca en su entorno familiar. No es una profesión que garantice la estabilidad ni que retribuya el trabajo de forma continua. En estas condiciones, muchos de los profesionales del teatro se ven obligados a compaginar trabajos, o incluso a renunciar a la vocación por un trabajo que sostenga a la familia y pague la hipoteca o el alquiler. Se produce así una pérdida de talento y de impulso de la creación experimental.
Iván Cerdán y Benjamín Jiménez de la Hoz han dirigido un documental que recoge precisamente las dificultades que afronta el off madrileño. Llamado “Con la cuchara en el bolsillo”, el nombre tiene algo de alegoría. Iván Cerdán explica que pusieron ese título “porque siempre hay que llevar una cuchara por si surge un lugar donde comer”. Así es la realidad del teatro off, donde el pan nunca está garantizado lo que obliga a estar atento a cualquier otra oportunidad que pueda contribuir al sostenimiento individual. El documental incluye subtítulo shakespeariano, “(el invierno de nuestro descontento)”, en referencia a la situación de permanente dificultad que afronta el sector escénico.
La narración del documental transcurre en torno a la escena teatral alternativa en Madrid, lo que se ha venido a llamar el “off madrileño”, siguiendo el fenómeno teatral que se propagó en ciudades como Londres o Edimburgo. El “off” no es algo de reciente invención porque escena alternativa ha existido siempre. Ahora está en boga simplemente porque esa escena ha ido creciendo y diversificándose.
El enfoque de Cerdán y Jiménez de la Hoz pretende huir de idealizaciones y romanticismos. El off no es un lugar fácil de habitar. Ni siquiera hay una visión homogénea del mismo. Bajo estas premisas se desarrolla el documental en el que participan actores, compañías y salas de la escena alternativa teatral. Entre los que dan su opinión, hay personas integrantes de compañías estables, actores y gestores de salas del off.

Escena de Cena de los pájaros, de la compañía Los Hedonistas
Lo interesante del documental es que no hay una opinión única sobre cómo gestionar las compañías y los espectáculos del off. Hay quienes han optado por una sociedad mercantil, los hay que trabajan como asociación cultural, están los autónomos y también quienes cobran en “B” (cuando lo que querrían es cotizar). La preocupación de quienes logran gestionar una sala estable es profesionalizar a las compañías que participan y garantizarles un rendimiento económico. Por ese motivo insisten, de entrada, en la puesta en pie de proyectos que no se coman los presupuestos.
Las divergencias surgen cuando se habla de la calidad del off. Para algunos, existe en ciudades como Madrid un exceso de cartelera, con espectáculos alternativos que tienden simplemente a la satisfacción de ocio del público, sin que apuesten por la verdadera experimentación. Para otros, la diversidad es un signo de buena salud. Además el off tiene la virtud de apostar, casi siempre, por autores locales y en activo, resultando en una puesta en escena de dramaturgia viva y actual.
En lo que sí coinciden los entrevistados es en que es, del todo inviable, que todas las salas o todas las propuestas del off perduren. Lamentablemente los hechos les dan la razón. Con gran tristeza han cerrado, en estos últimos años, salas que han dado mucho que hablar, como La pensión de las pulgas, El Sol de York o la Sala Kubik. Otros, como Teatro Guindalera o el Teatro Pradillo han clausurado prácticamente la taquilla para dedicarse a la producción, la experimentación o la enseñanza escénica.
De los poderes públicos los protagonistas del off piden mayor visibilidad y la cesión de espacios públicos para mostrar la dramaturgia más actual. Más que la subvención, reclaman un entorno fiscal y administrativo menos costoso. Las cuotas de autónomo o los costes vinculados al mantenimiento de una sociedad mercantil, se comen los márgenes de un negocio artístico que ya es, de por sí, “muy justito”.
El documental “Con la cuchara en el bolsillo” está girando por Madrid, siempre unido a encuentros en los que pueda surgir el debate. Se estrenó en la Sala Matadero, y este próximo mes de febrero se exhibirá en centros como la RESAD o el Teatro La Guindalera (donde se anuncia además mesa redonda).
La clá
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Documental “Con la cuchara en el bolsillo. (El invierno de nuestro descontento).”
Imágenes por cortesía de Iván Cerdan.
Participan en el documental, entre otros:
Nueve Novenos http://www.nuevenovenos.com/teatro.html
Teatro de Acción Candente http://tacandente.es/
Esperpento Teatro http://www.esperpentoteatro.es/
Snomians http://snomians.com/filter/appropiation
Los hedonistas https://loshedonistas.wordpress.com/
Nave 73 http://nave73.es/
Librería Con Tarima http://contarima.es/