La esfera que nos contiene. Sala Mirador, Madrid.

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Sobre la educación ha pivotado la historia de nuestro país, y aún hoy sigue haciéndolo. Si se hiciera una estadística probablemente sería una de las materias que, habiendo sido sometidas a mayor regulación, continúa todavía irresuelta. En la educación salen a la luz los grandes conflictos de esta España que es de todos.

La esfera que nos contiene” es una historia elíptica, con recorridos de ida y vuelta, desde la España de la posguerra, retrocediendo a la guerra de Cuba, y subiendo empinadamente hasta el horror de la guerra civil, en la que poetas y maestros republicanos fueron ejecutados en los márgenes de caminos empedrados y polvorientos. La visión de esta obra no concede tregua al bando nacional ni al nacionalcatolicismo. Contra ellos se lanzan los peores dardos y clichés, en una España en la que durante unos años cruentos se sitió, en ambos bandos, el horror y la barbarie.

Carmen Losa (directora del Laboratorio William Layton del CDN) escribió este drama en clave documental, insertando imágenes originales en forma interjecciones entre los pasajes narrativos. Leyre Abadía y Ion Iraizoz son Manuela y Julián, dos maestros vocacionales que se instalarán en un pueblo, de nombre común, a levantar una escuela de adobe bajo los postulados de la República. Para llegar ahí han tenido que sufrir las vicisitudes de un sistema educativo con vaivenes, en los que para acceder a una plaza había que vivir la suerte de no caer en un período de reforma legislativa. Ion y Leyre son también las caras de los otros protagonistas: terratenientes, obispos, monjas y señoras.

Por encima de la revisión historicista, la dramaturga hace crecer dos ramas que son las que darán vuelo a esta obra: la vocación hacia la enseñanza y la evolución del papel de la mujer en las aulas, las cocinas y, en definitiva, en la sociedad española. En unas semanas de especial reivindicación política hacia el papel de la mujer en el mundo laboral, el drama que Carmen Losa escribió para el CDN recupera su viveza. En esta pieza se ofrece una imagen evolutiva del papel de la mujer. Si a finales de siglo XIX la mujer despedía en el puerto al marido que moriría en la guerra de Cuba, a principio del XX las mujeres crecían en su mayoría siendo unas iletradas. Avanzado el siglo la enseñanza se encaminaría a ofrecer ciertas nociones de economía doméstica. Y así, poco a poco, transcurre una historia de la mujer en la primera mitad del siglo XX que nos arroja una imagen vetusta e irracional sobre las capacidades de la mujer en la sociedad y que, quizás hoy, en el año 2018 sea necesario afrontar para hacer un ejercicio reflexivo.

Sobre los maestros de corazón (la otra rama de este drama), se incide en la vocación cuasi espiritual o ideológica hacia el oficio. Los sueldos escasos y la precariedad de una profesión intermitente conjugan mal con el rol que se otorga a los profesores de los futuros pilares de la sociedad. Dice Ion y Leyre, a través de sus personajes, que ellos enseñan a quienes luego sabrán más que ellos.

Este fin de semana cerraba la reposición de esta obra (que fue candidata a Premio Max revelación) en la Sala Mirador de Madrid. Es una obra tan bien moldeada que seguro continuará girando. Leyre Abadía tiene una cualidad camaleónica para sintonizar con sus distintos personajes, y una empatía personal que hace que el público conecte con ella, generando un vínculo de ternura hacia el rol de la maestra luchadora. Ion Iraizoz es el profesor carismático, y el ejecutor, y entre la radicalidad de sus personajes también se mueve su talento como actor. El personaje adicional son los vídeos proyectados sobre el lienzo de fondo, y las imágenes de una España que todavía recuerdan nuestros abuelos.

En estos días en que se reivindica el papel de la mujer, el tesón de las mujeres que lucharon contra el analfabetismo y por la educación de generaciones de niños, nos recuerda la suerte que vivimos quienes hemos tenido acceso al privilegio de aprender, y la labor que queda para que hombres y mujeres puedan vivir en una sociedad en la que puedan elegir su destino laboral y familiar, sin riesgo a ser estigmatizados o penalizados económicamente.

La clá

http://www.lacla.es

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Imágenes cortesía de la Sala Mirador.