El pasado jueves, los componentes de Spasmo Teatro salieron por la puerta grande de la 22ª Feria de Teatro de Castilla y León. En Ciudad Rodrigo presentaron su espectáculo Viaje al centro del cuerpo humano, que provocó carcajadas entre el público pequeño y adulto. La compañía hace un humor que es heredero directo de Yllana y Tricicle. Poca palabra, mucho sketch y espectáculos cuyo patronaje es un humor corrosivo hacia temas cotidianos. Spasmo usa el mimo y números muy bien trabajados para lograr que el gag funcione.
Su última producción es una mezcla de juego didáctico y puro show de humor. En Viaje al centro del cuerpo humano cuatro aventureros miniaturizados se adentrarán, por la cavidad bucal, en un recorrido por el cuerpo humano que los llevará por la boca, el estómago o el cerebro. En la boca un superhéroe en forma de pasta de dientes logrará derrotar la acción destructora de las bacterias. El número es, sin duda, el de más claro sabor yllanesco: con un tablón en forma de proyección de dientes, la escena se desarrolla empleando humor absurdo de risa fácil. El público del Teatro Nuevo Fernando Arrabal no paraba de reír a mandíbula abierta, e incluso se escuchó a una niña gritar “no porfi… ¡¡bacteria mala!!”.
Al humor gestual, Spasmo ha sabido añadirle un uso acertado de proyección audiovisual en escena. El recurso a vídeos y nuevas tecnologías siempre es arriesgado en un espectáculo teatral, y es de alabar cuando su uso sirve para elevar el espectáculo y no como simple complemento. Para subrayar la parte más didáctica, se ha usado una voz en off que, sobre proyecciones clásicas del interior del cuerpo humano, explica el órgano que, en cada momento, visitan estos extraños visitantes.
La otra gran influencia de Spasmo es, sin duda, la de la serie televisiva “Érase una vez la vida” (1987), que en los años ochenta triunfó en TVE. El homenaje directo se produce en la escena de los glóbulos rojos, con los actores vestidos totalmente de rojo, sujetando balones de oxígeno y luchando contra virus invasores. El elemento didáctico de esta serie de dibujos animados está también en la espina dorsal del espectáculo, que no olvida que su público es el infantil, y al que habrá que explicar, por tanto y en cada momento, por dónde viajan los aventureros.
Las referencias artísticas que usa Spasmo van enriqueciéndose a medida que avanza el montaje. En el estómago, la escena en la que los protagonistas se salpican con jugos gástricos es típica del humor del cine americano de los años cuarenta. Los geniales humoristas Abbot y Costello tienen una escena de ese sabor en la película Agárrame ese fantasma (1941), que a su vez se inspira en el cine mudo. Sólo hace falta algo de música y mucha gesticulación, ingredientes que recupera Spasmo para construir su humor.
En la sala del cerebro (nuevo homenaje a Érase una vez la vida), hay un gag inspirado por la película Minority Report (2002). El controlador de máquinas mueve imágenes con las manos, imitando la escena conocidísima de la película, en la que Tom Cruise hace lo mismo.
El recorrido por el cuerpo humano es, en casi toda la obra, perfectamente previsible, pero es quizás esa simplicidad de planteamiento la que casa perfectamente con un humor limpio y directo. Los gags son ágiles y frescos, y sólo les faltaría un punto mayor de dinamismo en la transición entre ellos, una mínima cuestión de segundos.
El número final es otra genialidad, y tributo a uno de los espectáculos más sobrecogedores e inquietantes que ha ideado el ser humano: las fuentes de agua con elementos coloristas y sonoros. Spasmo hace su particular versión en el urinario, terminando el espectáculo como exige el canon: con uno de los mejores gags y en alto. El público del Teatro Nuevo Fernando Arrabal quedó encantado con una producción que tiene toda la pinta de que va a girar con mucho éxito en próximos meses.
La clá
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Spasmo Teatro
Imágenes cortesía de la Feria de Teatro de Castilla y León. Fotógrafo José Vicente.