Parque Lezama. Teatro Fígaro, Madrid.

Parque Lezama - Teatro Fígaro

Apurando ya las últimas semanas en cartel, Grupo Smedia ha traído a Madrid un pedacito de lo mejor de la Argentina. El público español es amante fiel de toda la producción cinematográfica de Juan José Campanella, y se rinde ante películas de sabor agridulce como son: El mismo Amor, la misma Lluvia, El Hijo de la Novia, Luna de Avellaneda o mi predilecta, El Secreto de Sus Ojos. Hablar de Campanella es hacerlo también de un reparto de colaboradores fieles, entre los que se encuentran los actores Ricardo Darín, Héctor Alterio o Eduardo Blanco.

La forma argentina de interpretar y de entender su creación artística pasa por un naturalismo absoluto, como si del ser al personaje se pasase sin transmutación alguna. Como el que va al gimnasio y sale sin sudar. No le hace a uno mejor deportista, pero sí hace que desprenda un aura de elegancia y maestría clásica. Como los actores neorrealistas del cine italiano y español, los intérpretes argentinos con los que trabaja Campanella brillan por oficio y cercanía.

Con la obra Parque Lezama, Campanella se estrena como Director y adaptador teatral. La obra original, I´m not Rappaport, fue escrita por el guionista y dramaturgo americano Herb Gardner y estrenada en 1985. Cuenta la historia de dos viejos que se encuentran en un parque y toma prestado el nombre de una broma del vaudeville clásico americano. Del original quedan seguramente los mimbres de la historia. Campanella ha argentinizado plenamente la trama, tanto en el lenguaje como en la historia de los personajes, usando esas expresiones grotescas de los argentinos (no jodás…) que, con el altavoz mágico de su acento, se convierten inmediatamente en cómicas interjecciones.

Parque Lezama - Teatro Fígaro

Del texto lo más emocionante es la mirada hacia la vejez, estado del hombre que la sociedad del siglo XXI parece haber dejado de lado, pero que siempre mereció la atención de grandes creadores. Su culmen es el Lear shakespeariano, que presenta a un hombre mentalmente exhausto y delirante. Así son estos dos ancianos que se encuentran pasando las horas en un parque, con pocas fuerzas físicas para hacer otra cosa que no sea sentarse en un banco a capturar algunos rayos de luz, periódico en mano. Luis Brandoni interpreta a un fantasioso Antonio Cardoso que ha inventado una multiplicidad de personajes para huir de su realidad. Pero en el fondo es un ser muy cuerdo, que enfrente la ancianidad huyendo de sus maldiciones. “Odio la nostalgia”, dice, “es la peor enfermedad: mata más viejos que los infartos”. Mantiene un diálogo cruzado con Eduardo Blanco, que interpreta a León Schwartz, un anciano desahuciado, con el tembleque de la vejez como signo cruel del inminente deterioro. Él es más prudente, que es una forma generosa de decir más sumiso. Anulando totalmente su vitalidad, Eduardo Blanco ofrece a un hombre al que no le queda más que ver cómo pasan los días, tratando de mantener el sustento que le permita una cierta comodidad. Cardoso acapara la bravuconería quijotesca, y Blanco la prudencia de un envejecido Sancho Panza. En los diálogos entre ambos se va construyendo una verdad desoladora sobre el ciclo de la vida. “El problema no es que la vida es corta, el problema es que es muy larga”, dice Cardoso.

Parque Lezama - Teatro Fígaro

Aunque se trata de una obra centrada en los dos ancianos, participan también Ana Belén Beas (emocionante su papel de hija), José Emilio Vera, Martín Gervasoni, Luz Cipriota, Santiago Linari, todos ellos en breves papeles, pero con impacto.

Parque Lezama está teniendo un éxito esplendoroso en Madrid, y apura ya los días en cartel. Imprescindible esta delicia de talento artístico argentino sobre las tablas.

La clá

www.lacla.es

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Parque Lezama. Teatro Fígaro.

https://gruposmedia.com/cartelera/parque-lezama/

Duración aproximada: 120 minutos con descanso.