Museo del Ilusionista Profesor Max. Brihuega.

Los campos de Brihuega se vienen transformando en olorosos cultivos de Lavanda. La tierra de tonos áridos viste ahora un provenzal violeta, y la clásica miel de romero de la zona añade miel con aromas de lavanda.

Brihuega es, a finales de julio, visita obligada para ver los campos de lavanda en esplendor, y lo es siempre para pasearse por un precioso casco histórico del que no hay que perderse las cuevas, el cementerio, la iglesia, y un insólito museo, situado en el antiguo Convento de los Franciscanos del siglo XVI.

Se trata del Museo de las Miniaturas del Profesor Max, una excentricidad insólita en plena Alcarria. La colección la compiló Juan Elegido Millán (1912 – 1975), conocido artísticamente como el Profesor Max, natural de Brihuega (Guadalajara), y de profesión ilusionista, mago e hipnotizador. Juan Elegido fue hijo del médico de Brihuega y de su padre aprendió las dotes hipnóticas que el médico de la localidad usaba para tratar a los enfermos a falta de anestesia.

Sus estudios de medicina se vieron truncados por la guerra civil, pero pronto Juan Elegido optó por hacer de sus dotes ilusionistas su profesión. Convertido en artista viajero, sus andanzas por medio mundo (desde Argentina a África) fueron incrementando su fama. En sus viajes fue coleccionando objetos de pequeño tamaño que han servido para montar este museo en Brihuega, inaugurado en 2010.

El museo tiene por dentro un toque modernísimo y londinense, al estilo de los curiosity shop. En las vitrinas, y a través de las lupas, es posible ver toros, paisajes y rarezas del tamaño de la cabeza de un alfiler.

Al final del recorrido se pueden admirar los asombrosos carteles de las actuaciones del profesor Max. Su sobrino, Javier Sánchez Elegido, dirige el museo, y disfruta explicando la colección a los visitantes.

El profesor Max debió ser un tipo de personalidad arrolladora, con un físico portentoso (medía casi dos metros), que vivió una vida de artista y aventurero. Seguramente en Estados Unidos le habrían hecho una película para rememorar sus hazañas. Para futuras reordenaciones de la colección del museo, merece la pena ampliar la parte dedicada al propio Max, con más espacio para la exhibición de fotografías, vídeos y objetos.

Si van a disfrutar de Brihuega, no se pierdan este atípico museo, quedarán hipnotizados por la figura del profesor Max.

La clá

http://www.lacla.es  

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Imágenes cortesía de Turismo Brihuega. Gracias a Javier Sánchez por toda la información sobre el Profesor Max.