
De noche, paseando frente al Museo del Prado, el paseante tiende a imaginar lo que sería una visita a solas por la pinacoteca. Con el confinamiento, el sueño tornó en pesadilla y melancólicos pensamos en esas vírgenes, reyes, santos y demonios habitando los fríos salones de mármol.
A los madrileños nos han hecho ahora un regalo: la visita restringida por la colección selecta del Museo del Prado. Con un aforo reducido, es casi una obligación estética pasearse entre tribulaciones, paisajes, plegarias y fusilamientos.
El Museo del Prado ha preparado una exposición especial con una selección de sus más icónicas piezas. Los tesoros de las salas “alternativas” continuarán escondidos un tiempo. Pero ahora es posible disfrutar de dos Saturnos devoradores de niños, el rubensiano y el goyesco, codo con codo, sin que sea posible decidir cuál es más grotesco y brutal.
Dentro de este reencuentro, es posible coger una senda y admirar las escenas pictóricas pensando en las artes escénicas. Si se animan a realizar este recorrido teatral, vayan al encuentro de…
David, vencedor de Goliat (h. 1500). Caravaggio.

En el claro oscuro y el dramatismo propio de Caravaggio es posible encontrar una fuente de inspiración para los responsables de la imagen escénica. Entre ellos, los grandes iluminadores de escena, como Juanjo Llorens, o los grandes fotógrafos teatrales, como Marcos G Punto, han absorbido el efecto dramático de la iluminación pictórica para proyectarlo sobre la escena.
David vencedor de Goliat
CARAVAGGIO. MICHELANGELO MERISI
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

Ciego tocando la zanfona (b. 1620 – 1630). Georges de la Tour.

Hace tiempo conocí a un estudiante postdoctoral americano que vino un año a España a documentarse sobre la zanfona, instrumento musical de cuerda, que surgió en el medievo. El pintor francés Georges de la Tour pinta este bonito cuadro con la zanfona como protagonista. En el año 2004 Robert Le Page dirigía con su compañía Ex Machina una versión muy visual de La Celestina, en la que brillaba Nuria Espert. Sobre un escenario de Carl Fillion imitando el veteado rojizo de la madera, uno de los personajes se paseaba entre escenas tocando una zanfona.
Ciego tocando la zanfonía
LA TOUR, GEORGES DE
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

Conjunto de “hombres de placer” (siglo XVII). Diego de Velázquez.

Junto a Las Meninas, dispuestos en conjunto, se colocan varios retratos de bufones. Velázquez pintó a los “hombres de placer”, enanos, locos, bufones y artistas. Entre ellos, Pablo de Valladolid, en un retrato desprovisto de fondo, y que avanza la moderna forma de retratar que se iniciará en el siglo XIX. En este cuadro aparece en una actitud declamatoria que hizo que durante mucho tiempo la pintura fuera identificada como el cómico. Pablo de Valladolid estuvo al servicio de la familia real, y la pose del retrato muestra su trabajo de declamación e interpretación de carácter teatral.
Pablo de Valladolid
VELÁZQUEZ, DIEGO RODRÍGUEZ DE SILVA Y
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado
Elefantes en el circo (1640). Andrea di Leone.

Esta pintura fue encargada por la corte de Felipe IV como parte de una serie cuyo fin fue ilustrar los juegos y espectáculos de la Antigüedad. Aquí se muestra el desfile previo al espectáculo circense, con los elefantes desfilando ante el público.
Elefantes en un circo
LIONE, ANDREA DI
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado
El actor Isidoro Máiquez (1807). Francisco de Goya.

Interesantísima la reseña del actor Isidoro Máiquez que el Museo del Prado publica en su página web a propósito del retrato que Goya hizo del intérprete:
El actor Isidoro Máiquez nació en Cartagena el 17 de marzo de 1768. Era hijo de actores y se dedicó a la profesión de sus padres. Debutó en Madrid en 1791 en la compañía del actor Martínez, en el teatro del Príncipe. Fue protegido tempranamente por los duques de Osuna, recibiendo de ellos, y de Godoy también, las ayudas necesarias para formarse en París, donde estudió con François Joseph Talma. Introdujo en la escena española las novedades del teatro francés y, sobre todo, la interpretación naturalista de su maestro, cuidando mucho, además, del vestuario y de los decorados. Su éxito en Madrid fue inmediato tras su interpretación, en 1802, de Otelo de Shakespeare, convirtiéndose en el gran actor de la escena española. Su actividad de escritor, de director de teatro, con un concepto noble de su profesión, y de maestro de jóvenes actores, fue decisiva en el desarrollo y modernidad de la interpretación teatral española, promoviendo la creación de una Escuela Nacional de Declamación. El carácter altivo y orgulloso de Máiquez, su severidad en el trabajo y la envidia de sus compañeros le enfrentaron con otros actores y amigos, e incluso con Godoy, siendo desterrado de Madrid en 1805 por revolucionar las compañías de actores con sus ideas tumultuarias de hombre inquieto y arrojado. Después de la guerra de la Independencia fue encarcelado, en mayo de 1814, por liberal, y desterrado de la corte en 1815, primero en Ciudad Real y después en Granada, donde murió el 17 de marzo de 1820.
El actor Isidoro Máiquez
GOYA Y LUCIENTES, FRANCISCO DE
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado
Fantasía sobre Fausto (1866). Mariano Fortuny.

Fortuny hace un homenaje a Juan Bautista Pujol, el gran músico de la época, que ejecuta su fantasía musical basada en la ópera de Fausto de Gounod. En el lado izquierdo representa el mundo imaginario con la figura de Mefistófeles. El mito de Fausto ha corrido en la historia artística de Occidente. Se atribuye al dramaturgo isabelino Christopher Marlowe la primera versión teatral de Fausto. Goethe, autor de la novela dramatizada, probablemente conociese esta versión a través del teatro ambulante de marionetas.
En 1997 la Fura dels Baus estrenaba su F@ust 3.0 en Madrid, y todavía retengo el impacto visual de la obra. Han pasado más de veinte años, y aquel hombre fetal saliendo del útero todavía se mantiene en uno de los cajones de la memoria.

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La colección habitual del Museo del Prado incluye muchas otras obras con resonancias teatrales, pero no dejen de aprovechar esta oportunidad única para pasear por las salas de la gran pinacoteca. Si llevan tiempo sin ir, créanme que se emocionarán.
La clá
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Imágenes cortesía del Museo del Prado © Museo del Prado.
Agradecimiento también a MarcosGPunto, Ex Machina, Fura dels Baus.