Yo soy el que soy. Pavón Teatro Kamikaze.

El Pavón Teatro Kamikaze se despide de la escena y de la temporada con una pieza de cámara, Yo soy el que soy. No puedo ocultar la tristeza de no poder celebrar la partida con alegría, disfrutando con el resto del público de una salida apoteósica, que represente lo que han sido estos cinco años kamikazes (Premio Nacional del Teatro incluido). No está el país, e intuyo que los ánimos, para jolgorios. Me consuela pensar que la pieza contiene al menos algunos de los elementos que han caracterizado al teatro: reivindicación social, buena producción (dirige Zenón Recalde), una actriz maravillosa (Verónica Ronda) y dos excepcionales músicos (Gaby Goldman y Aaron Lee). Claro que, para ser francos, esta obra está programada a despaso y hubiera sido bonito verla en un ciclo dedicado, quizás con otras piezas temáticas, seguida de debates abiertos o coincidiendo con el Orgullo Gay (que es fiesta, pero por encima de todo excepcional manifestación política, no se olvide). Se nos presenta sin embargo como cierre, y noto el alma desinflada.

Yo soy el que soy es un concierto de cámara poético y reivindicativo. Un maravilloso concierto, por cierto, porque sus intérpretes son Aaron Lee (virtuoso y galardonado violinista y músico en la Orquesta Nacional de España), Gaby Goldman (compositor argentino y pianista en esta producción), y la propia Verónica Ronda (cantante, además de actriz). La historia, como lectura dramatizada, la interpreta Verónica Ronda. El texto es una historia real, la del propio Aaron Lee, estigmatizado y perseguido en su familia por su condición de homosexual. Lee es madrileño de origen surcoreano, y creció en el barrio de Chamberí en el seno de una familia surcoreana y religiosa. Con trabajo y firmeza de espíritu ha logrado convertirse en un violinista de primer nivel, pero quiere, desde su posición de privilegio, mostrar el tesón de una vida marcada, injustamente, por su condición sexual.

La pieza de cámara está montada con gusto y sobriedad, con un juego de iluminación bien logrado a cargo de David Picazo y Dani Checa, y con la elegancia interpretativa de Verónica Ronda. El momento de mayor emoción se produce en el maravilloso solo de La pasión de San Mateo de Bach. Si gira, confío en que la producción lo haga en auditorios, pequeñas salas de concierto, escuelas y otros lugares en los que encontrar nuevos públicos.

La clá

www.lacla.es

*

Pavón Teatro Kamikaze

Teatro Kamikaze | Un espacio artístico abierto y vivo

Duración aproximada: 1 hora y 15 minutos.