¡Nápoles Millonaria! Teatro Español.

Recupera el Teatro Español una de las comedias insignes de Eduardo de Filippo, “¡Nápoles Millonaria!” (1945), obra que cosechó tanto éxito que se convirtió poco después en película (1950), con el legendario Totò como protagonista. Ha habido incluso versión operística, con pieza musical de Nino Rota. La obra es tan icónica que incluye una expresión napolitana que ha pasado como fórmula coloquial al italiano. Es la frase “Ha da passà ‘a nuttata” (pasará la noche), que se emplea en tiempos difíciles, con el optimismo de que cualquier situación mala pasará.

Filippo utilizó la expresión en una obra que habla de una Italia rota y vencida al final de la guerra mundial. Como en muchas de sus piezas, Filippo toma una historia costumbrista en la que se van sucediendo los personajes locales. El ambiente de las piezas de Filippo suele estar impregnado de aires italianos que se generan con una sucesión de situaciones cómicas, apelotonamiento de gentes en la misma estancia, y olores de pasta al fuego.

Para acompañar el aire pintoresco que Filippo da a sus obras, el escenógrafo Paco Azorín ha creado una estancia de muchos vanos, por la que se van paseando los protagonistas. Antonio Simón dirige esta producción fiel al original de Filippo, de corte clásico, y diría que consigue uno de esos montajes que inoculan afición por el teatro.

Sobre escena once actores que recrean esa Nápoles de final de guerra, con cartilla de racionamiento y de ambiente pauperizado. En un piso sobrepoblado viven Genaro (Roberto Enríquez), Amalia (Elisabet Gelabert) y sus hijos Maria Rosaria (Nuria Herrero) y Amadeo (Dafnis Balduz). Don Genaro es de esos tipos que pregonan cuatro ideas, y que dan grandes discursos para pequeñas audiencias de tertulia de dominó. Su mujer es una estraperlista de tomo y lomo, que lo mismo saca un queso que un kilo de harina de debajo del colchón.

Por la casa merodean varios tipos pintorescos. Desde Pepe el gato (Mario Zorrilla), Enrique, el guapo (Raúl Prieto), El Ratillas (Fernando Tielve), Adelaida (Rocío Calvo) o Asunción (Lourdes García). Casi todos andan metidos en el trapicheo de objetos de primera necesidad que, vecinos como el contable (José Luis Torrijo), compran a precio de oro. Por ahí rondándoles anda también el Comisario Ciapa (Óscar de la Fuente), al que no engañan con sus trucos de medio pelo.

La primera parte de la obra es de tono cómico, mostrando una Italia sumida en el hambre y la picaresca. Como en las piezas de Filippo, el ambiente caótico y burlesco va creándose in crescendo, para llegar a la delirante escena del muerto imaginario.

En el segundo acto Filippo saca la artillería melodramática para mostrar una Italia de vencedores oportunistas. Elisabet Gelabert destaca en el frío papel de la aprovechada Amalia que se ha enriquecido con las necesidades de sus vecinos. Raúl Prieto utiliza aquí dos de sus mayores atributos, la vis cómica, y ese aire chulesco que le convierten en un caricaturesco chulo. Le sientan bien esos aires de capone de medio pelo. Con su voz quebrada, Mario Zorrilla le da ese tono hiperrealista (a lo “Gispert”) a la historia. Rocío Calvo está maravillosa como la vecina metida en todos los fregados, y Lourdes García crea un personaje esperpéntico que le da buen tono a la comedia.

Eduardo de Filippo hace girar la historia en torno al personaje de Genaro, que representa un poco a la Italia vencida, ocupada y mísera. Primero será un oportunista no muy forzado, para luego transformarse en un ciudadano reconvertido que repite desesperadamente que la guerra no ha terminado. Roberto Enríquez realiza un trabajo de soberbia madurez. Su Genaro impregna la tristeza y desilusión de un país que ha visto cómo sus ciudadanos se devoran. Simpático y carismático, aparca la calidez del primer acto para mostrar la derrota en el rostro en el segundo acto. ¡Nápoles Millonaria! es una obra que se torna melancólica y especialmente triste en los parlamentos de su protagonista. Enríquez se entrega en este papel que le adentra en una trayectoria de cómico a la vieja usanza.

Hacía tiempo que no caía una de Filippo y, aunque agridulce, ¡Nápoles Millonaria! es una pieza hecha para tiempos de penurias y de sacrificio colectivo. Estupenda dirección de Antonio Simón, con un fantástico elenco artístico y cuidada producción escénica.

La clá

www.lacla.es

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Teatro Español

Teatro Español y Naves del Español (teatroespanol.es)

Duración aprox. 120 minutos

Imágenes de Jesús Ugalde, cortesía del equipo de prensa.