Amor, amor… catástrofe. Teatro Español. Sala Margarita Xirgu.

La dramaturga Julieta Soria (Cartagena, 1979) ha sabido sacar partido de todas sus facetas profesionales en su última pieza dramática, “Amor, amor… catástrofe”. Julieta Soria es filóloga, maestra y dramaturga, y sobre estos tres pilares ha rescatado la figura del poeta de la Generación del 27, Pedro Salinas (1891-1951). Entra su faceta lectiva, explicando a la audiencia, con pinceladas biográficas y artísticas, la vida y obra de este poeta. Su propuesta está emparentada con un género que viene creándose recientemente que tiene que ver con el teatro como documento histórico. Ejemplo de esta corriente es la obra El diccionario, sobre María Moliner, escrita por Manuel Calzada Pérez e interpretada por la portentosa Vicky Peña.

Lo dramático en la pieza de Soria está en su toma de partida, que surge del conflicto amoroso entre el literato Pedro Salinas y la profesora Katherine Whitmore, que permaneció oculto para el público hasta que en el año 1979 la Houghton Library de la Universidad de Harvard recibió una donación de un paquete de cartas con el rótulo “Cartas de Pedro Salinas a Katherine Whitmore”. La donación descubría la relación amorosa de Salinas, casado con Margarita Bonmatí, con Katherine Whitmore, a la que conoció en el verano de 1932. La relación tuvo algo de amor platónico y se sostuvo en la correspondencia epistolar y en la poesía de Salinas, que encontró en esta pasión su mayor musa.

Julieta Soria nos rescata a los tres protagonistas de esta historia: un Pedro Salinas interpretado por Juan Cañas; la profesora en dos de sus edades, la joven Whitmore y la enciclopédica maestra, interpretada por Lidia Navarro; y una etérea figura, que se mueve entre mundos melancólicos y la realidad de su matrimonio, interpretada por Lidia Otón.

Las primeras escenas son de toma de situación, y vaticinan una obra equívocamente plana. Es el personaje de Pedro Salinas el que se lleva la atención, con Juan Cañas vivificando al exitoso poeta, profesor universitario, fundador de la Universidad de verano de Santander y enloquecido poeta enamorado. Cañas mide bien los gestos de un personaje que debe tener algo de película antigua. El texto de Julieta Soria va, sin embargo, creciendo, y la malla de parlamentos y personajes se va levantando sólida, con un cautivador contraste entre la profesora que nos narra la historia, y el mundo paralelo construido para la mujer del poeta. Lidia Navarro está virtuosa en su profesora academicista, con un bonito contraste entre la joven universitaria y la madura académica. Lidia Otón tiene un personaje aparentemente ingrato, pero que esconde enormes sorpresas. La mujer engañada, frágil mentalmente, va creciendo en la historia y en la poesía de Pedro Salinas, y Otón consigue ir conquistando a un público que llega al final de la obra enamorado de este triste y solitario personaje. El éxito coral se produce en la transición de foco entre el afamado poeta, la narradora protagonista y la mujer ahogada en el segundo plano.

La dirección de la “Amor, amor… catástrofe” es de la veterana Ainhoa Amestoy, que sabe impregnar de vitalidad esta historia contada a tres voces. Bonitos también son los trajes de Sastrería Cornejo, con un guiño decimonónico y surreal hacia el personaje de Margarita.

Amor, amor… catástrofe estará durante el mes de mayo en la sala pequeña del Español, pero tiene atributos para girar con éxito.

La clá

www.lacla.es

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Amor, amor… catástrofe. Duración aprox: 90 minutos.

Teatro Español.

Imágenes de Posovisual, cortesía del equipo de prensa del Teatro Español.