Company. Teatro Albéniz.

Esta crónica teatral sólo puede ser de agradecimiento (enorme e intenso) a todos los que han permitido que celebremos la reapertura del Teatro Albéniz en Madrid. Cada cual tendrá sus propios recuerdos. Los míos están unidos a mis inicios como espectadora veinteañera. El Festival de Otoño tenía en el Albéniz una de sus sedes principales, y a finales de los noventa lo pasaba pipa yendo a ver montajes de todos los estilos.

Uno de los momentos más increíbles que he vivido no fue precisamente en la butaca. Salía por la zona con amigos y bajando por Pontejos nos cruzamos con una Nuria Espert exultante. Llevaba un ramo enorme de flores blancas, salía seguramente de representar con Marsillach ¿Quién teme a Virginia Woolf? y sus ojos centelleaban.

Luego el Albéniz cerró y ha sido el tesón de unos pocos el que ha conseguido que reabra después de muchos litigios enconados con un proyecto que combina la sostenibilidad comercial con una alta propuesta artística. La reforma ha convertido al teatro en mitad hotel, mitad recinto escénico. Acoge 898 butacas en dos niveles. La rehabilitación está planteada al estilo de auditorio americano. Mucha localidad que desemboca en la cava escénica para permitir la versatilidad de espectáculos que ahí se monten. Promete ser un recinto perseguido para musicales y conciertos.

Lo más encomiable de la reforma es que se han preservado algunos de los elementos más característicos como las lámparas vidrieras o los frescos de la sala. Y lo más alucinante, las figuras móviles de uno de los grandes escultores de vanguardia, Ángel Ferrant, cuya obra puede contemplarse en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Las esculturas fueron encargadas a Ferrant en el año 1943 por el propio teatro. Representan a distintos tipos regionales y están provistas de un mecanismo motor que las convierte en autómatas. Vuelven ahora a su emplazamiento original, en la fachada del teatro, dotándole de mucha mayor presencia.

La vuelta a la vida del Teatro Albéniz se produce de la mano de Antonio Banderas y el equipo del Teatro del Soho Caixabank. Banderas está liderando otra apuesta de revitalización urbanística gracias a su Teatro del Soho en Málaga. Se trata de un encomiable proyecto cargado de ilusión y que, como cualquier iniciativa privada de teatro, tiene un punto de osadía financiera. Como espectadores, sólo podemos mostrar gratitud por esta apuesta que además descentraliza el circuito escénico.

Antonio Banderas protagoniza el musical Company con el que estrena nueva andadura el Teatro Albéniz. Company es un musical de Stephen Sondheim (1930 – 2021) con libreto de George Furth, por el que recibieron sendos premios Tony en el año 1971. Cuenta la historia de un soltero de oro que celebra su cumpleaños acompañado de amigos, que son parejas. A Robert le va fenomenal sin fama, fortuna ni esposa. Pero el eterno soltero acaba por entrar en crisis existencial al verse acompañado de amigos que son matrimonio, mientras él se ve sin pareja estable.

El argumento y la estructura de Company se han quedado entrañablemente anticuados. Es como ver la serie de Mad Men y disfrutar de un tipo al que sólo podemos poner peros. De Company sigue destacando la música y sus maravillosas canciones, y si se pudiera, bien le vendrían varios arreglos dramáticos recortando los diálogos entre temas musicales.

La producción del Teatro Soho Caixabank es una gozada. Hacen bien en avisar al público al inicio que el elenco lo conforman 14 actores y 26 músicos en vivo. Es política de esta productora no usar pregrabaciones. De fondo, una escenografía de Alejandro Andújar, uno de los referentes del arte escénico, y autor de aquel increíble bar que se tragó a todos los españoles de Alberto Sanzol. Andújar se ha dejado llevar por la estética de Broadway y de late night televisivo. Al fondo, los edificios de Nueva York cambian de colores a medida que avanza la obra. Los músicos se colocan ingeniosamente en los laterales del escenario, en inventados apartamentos de ciudad. El escenario tiene suelo giratorio lo que permite que la acción gane en movimiento y juego escénico.

El reparto lo forman María Adamuz, Albert Bolea, Lorena Calero, Javier Enguix, Laura Enrech, Lydia Fairén, Robert González, Dulcinea Juárez, Silvia Luchetti, Julia Möller, Paco Morales, Marta Ribera y Carlos Seguí. Todos son versados artistas de musicales, así que la calidad está asegurada. Antonio Banderas destaca con unas dotes vocales sobresalientes. Es producto de la cuidada educación actoral americana, que no descuida las artes musicales. Lleva incorporado su talento natural, que es esa vis cómica que no se ha nublado por los años ni por la técnica, y que sigue practicando en la gran pantalla. El gran descubrimiento es disfrutar de esa gracia en vivo.

El estreno de Company es toda una declaración de intenciones para proyectos innovadores que apuestan por una revitalización de la urbe gracias a las artes escénicas. Hace tan sólo unos días había colas, a la vieja usanza, en taquilla del Teatro Albéniz, con rostros decepcionados porque se están agotando entradas.

No se me ocurre mejor manera de celebrar y apoyar la apertura del Teatro Albéniz.

La clá

http://www.lacla.es

*

Company.

http://www.companyelmusical.es

Teatro Albéniz

https://umusic-hotels.com/es/hotels/umh-mad/theater-albeniz/

Imágenes cortesía equipo prensa de Company. Fotografía de escena de Javier Naval.