Don Ramón María del Valle-Inclán. A través de Ramón Gómez de la Serna. Teatro Español.

Esta crítica se publica tiempo después de que Pedro Casablanc haya engatusado al público madrileño. Estuvo entre marzo y abril en la sala grande del Teatro Español con un espectáculo muy sobrio. Tan sobrio que hacía pensar que era mucho teatro para una producción tan austera. Todos los medios técnicos al alcance de este montaje para servirse al final de un piano, unas luces y su actuación. Suelo ser crítica cuando los grandes teatros nacionales optan por la sobriedad escénica. Creo que es más propio de teatros privados o de las salas pequeñas. Los resultados, sin embargo, me ponen en mi lugar.

Si tuviera que destacar los mejores montajes escénicos de estas últimas temporadas en el Teatro Español, tres de ellos son de un actor sobre escena. Blanca Portillo con Silencio, Juan Diego Botto con Una noche sin luna y Pedro Casablanc con este Don Ramón María del Valle Inclán. Así que pensar en barroquismo escénico no es sinónimo necesariamente de calidad o de éxito. La virtud añadida de este tipo de espectáculos es que tienen gira garantizada. Triunfar en ciudades como Madrid o Barcelona y contar con una escenografía dúctil y sencilla es carta segura para llevar magnífico teatro por todo el país.

Pedro Casablanc es uno de nuestros grandes sobre la escena. Ha trabajado con todos los directores, con Gerardo Vera, José Luis Gómez, Andrés Lima, Carles Alfaro (increíble su trabajo en El arte de la Comedia)… Casablanc ha tocado todos los palos, desde dramaturgia clásica a la más contemporánea. Es, entre otros, actor fetiche de Juan Mayorga.

En Don Ramón María del Valle Inclán, Casablanc interpreta al gran dramaturgo español. Nos hace un recorrido ficticio sobre su vida a través de la biografía escrita por nuestro otro gran Ramón, Ramón Gómez de la Serna. Casablanc sabe inteligentemente jugar a ser uno y otro, a mostrar en el espejo los destellos de éste y aquél, confundiendo rasgos de ambos.

Xavier Albertí dirige esta producción a la que ha sabido aderezar de música, con piano de Mario Molina. La sobriedad de la propuesta se compensa con el buen diseño de iluminación de Juan Gómez – Cornejo, que sigue a un Casablanc polifacéitco que canta, guasea y se pone trágico.

Fui a ver a Casablanc en una de las primeras representaciones en el Español, y pronto el boca – oreja hizo que se hiciese con el público madrileño. Se lo comento porque Casablanc está como para seguirlo por escenarios de España. Así que no se pierdan si cae por algún teatro cercano.

La clá

www.lacla.es

*

Teatro Español.

https://www.teatroespanol.es/don-ramon-maria-del-valle-inclan

Duración: 1 hora y 15 minutos.

Imagen de Javier Naval.