Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro. Naves del Español en Matadero.

Club Caníbal, la compañía teatral formada por Chiqui Carabante, Font García, Vito Sanz y Juan Vinuesa, trae a las Naves del Español en Matadero un nuevo episodio sobre el carácter ibérico. ‘Desde aquí veo sucia la plaza‘, ‘Herederos del ocaso‘ y Algún día todo esto será tuyo‘forman su trilogía ‘Crónicas ibéricas‘. Ahora han ingeniado ‘Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro‘ que bien podría decirse que va expandiendo la trilogía. Como las “franquicias” americanas de películas de súper-héroes, Club Caníbal parece no agotar sus recursos. O puede que el carácter ibérico no deje de aportar material del que retroalimentarse.

El título, ‘Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro‘, tiene un punto poético y desesperanzado que no sé si comparto del todo. Lo oscuro es el entorno político de Mi Querida España, con Vox acaparando escenario público con camisas verde caqui y banderas de España. Las instrucciones para sobrevivir en este entorno son claramente la utilización del humor, la risa, la capacidad crítica y el ingenio. Cualidades que le sobran a esta compañía teatral y a su nueva pieza.

La historia es una muy agreste, la de un pueblo (Villanueva de…) que tiene varios caraduras que, con tal de sacar un pozo, son capaces de inventar una aparición mariana. La pieza se ríe de la picaresca patria, pero es dolorosa de ver cuando nos escupe relatos conocidos. Los de la pederastia o la corrupción, por ejemplo.

La dramaturgia de Chiqui Carabante se monta, sobre todo en el arranque, como una sucesión de escenas costumbristas, en las que aparece mucha iconografía ibérica. Se realzan los discursos populistas de extrema derecha, en los que se defiende “lo bueno, lo antiguo, lo de antes”. Hay una mofa de periodistas y políticos hacia la desertización del parque natural (véase, Doñana). El protagonista (Juan Vinuesa) es jaleado por el “establishment” a seguir con el pozo. Comienza a vislumbrarse el delirio con un monólogo sobre Liam Neeson y el filme Venganza (2008), que sirve de conexión para justificar que aquí tonto es el que se deja amedrentar por una legalidad y no hace directamente lo que le sale de los huevos. El monólogo hilarante lo espeta Font García.

Con la excavación del pozo llega la prosperidad al pueblo, y los políticos se acercan como abejas al panal de rica miel. Vito Sanz se convierte en una “rubia – fusión”, que combina a Cayetana, Espe, Cifuentes y Ayuso. También hace de un pobre muchacho prostituido. Con Vito Sanz te tronchas, pero también sufres de pena.

Hacia mitad de representación, la historia se despendola. Las piezas ya están colocadas, ahora hay que hacerlas saltar por los aires. El momento combinación de parque acuático, la ecologista Greta Thunberg y el despilfarro de pelucas y de agua, es de doblar directamente abdomen. Y el homenaje a Un pez llamado Wanda soltando refranes en pleno acto amoroso (en vez de frases en italiano o ruso), ya ni les cuento.

Lo mejor de Club Caníbal es que la mofa no es vacua, sino que hay un análisis clínico de nuestras miserias. Sobre escenografía (de Walter Arias) y vestuario (de Salvador Carabante) adoro cuando las compañías llevan el juego a sus últimas consecuencias. Entre el pacífico escenario de animales disecados y humerales de llegada al teatro, y el lodazal del final de la función, hay mucho magisterio e imaginación en saber usar espacio, acción y utilería. Pablo Peña es el músico que con percusión musicaliza toda la pieza, desde el croar de ranas hasta las fiestas verbeneras.

Termino con la iconografía, que no deja de recordarme a un libro maravilloso, “El kitsch español” (Temas de Hoy, 1988) de Antonio Sánchez Casado, cuyo subtítulo, “Aproximación al ansia de aparentar en nuestro país” le va niquelado a esta pieza teatral.

Siga Club Caníbal con su propio Celtiberia show, y hagan como George Lucas, nuestro país da para varias trilogías por delante y por detrás.

La clá

http://www.lacla.es

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Instrucciones para sobrevivir en lo oscuro. Naves del Español en Matadero.

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Imágenes de Vanessa Rábade, cortesía del equipo de prensa.