La familia Addams. Teatro Calderón, Madrid.

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Si los cómics tienen una larga y prolífica vida comercial, también algunas tiras de prensa han logrado similares éxitos. Batman y Superman nacieron como historietas de súper-héroes en los años 30 y pronto dieron el salto a nuevos formatos y medios, incluyendo series televisivas y películas cinematográficas. Con tal despliegue, es normal que surgiera también una jugosa industria de merchandising en torno a los personajes originales.

En el caso de las tiras cómicas de prensa, muchas han sido desarrolladas como series o películas de animación y algunas, incluso, han tenido explotaciones derivadas. Es el caso de viñetas tan emblemáticas como Mafalda, Garfield, Peanuts, Dick Tracy, Popeye o Fritz the Cat. La fuerte expansión mediática de algunas de las anteriores tuvo reflejo además en la venta de juguetes, cromos, peluches, etc. Aunque parezca extraño, el más famoso entre todos, Mickey Mouse, no nació como tira cómica, sino al contrario. El personaje fue gestado por Walt Disney para unos cortos de animación y un par de años más tarde sería un habitual de la tira cómica encargada por Walt Disney a Arthur Floyd Gottfredson.

 

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Cartel con imagen del cartoon original de Charles Addams para The New Yorker

 

Otro caso singular es el de La familia Addams. El dibujante americano Charles Addams creó a los personajes de esta horrenda familia para la tira cómica que publicaba en The New Yorker, revista para la que empezó a trabajar en 1932. Los dibujos originales consistían en una viñeta grande en blanco y negro con personajes estilizados y de un fino humor negro. Estéticamente seguía la línea de los caricaturistas europeos del XIX. Otro dibujante americano de la época, Edward Gorey, realizaría ilustraciones similares, aunque él elegiría un tono más poético y surrealista.

Algunos ejemplos de los dibujos originales de Addams para The New Yorker pueden verse reproducidos en la página web de la fundación familiar encargada de preservar, difundir y licenciar el legado del artista: http://www.charlesaddams.com/. En cuanto a Gorey, la editorial Valdemar ha publicado en español sus más conocidos títulos con traducción de Óscar Palmer.

En los sesenta, en pleno apogeo televisivo, un productor televisivo se puso en contacto con Charles Addams para que colaborase en la puesta en marcha de un proyecto televisivo basado en sus tiras cómicas. Como primer encargo le pidieron que ayudase a bautizar a los excéntricos miembros de la familia de cómic. El programa se emitió en la cadena ABC y es conocido por tener una de las entradillas musicales más emblemáticas en televisión. El compositor del “opening” de la serie fue Vic Mizzy, un habitual músico de producciones audiovisuales. En aquella década también se produjeron otras series icónicas de corte kitsch como Batman o The Munsters.

En los años setenta la familia Addams revivió en formato de animación a partir de un episodio de Scoobie Doo. Una aparición estelar en la famosa serie de dibujos animados hizo que surgiera un spin off animado con la histriónica familia como protagonista.

En los noventa llegó la famosa película con Raúl Juliá, Angelica HustonChristina Ricci y su secuela. También se filmaron un par de versiones más (pensadas sobre todo para DVD), se fabricaron juguetes y juegos de mesa, se desarrollaron videojuegos, hasta que en 2010 se hizo una nueva adaptación creativa en versión musical.

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El musical de The Addams Family es una producción de 2010 puesta en escena inicialmente para Broadway y que, con un nuevo reparto (en el que algunos repiten), giró en 2012 por Estados Unidos. La versión inicial contó con actores muy mediáticos (no hay que olvidar que era para Broadway), entre ellos Nathan Lane (el novio de Robin Williams en la película La jaula de grillos) y Bebe Neuwirth (la ex­mujer del televisivo Frasier). Los últimos meses en escena, unos menos carismáticos Roger Rees y la guapa Brooke Shields sustituyeron al reparto inicial.

En su días este blog publicó una reseña sobre el musical, y auguró que una producción del mismo arrasaría en los teatros de Madrid. Y así ha sido. Con una campaña publicitaria impresionante, La familia Addams ha estrenado en octubre en un Teatro Calderón del que cuelga una enorme araña. Aviso: las entradas ya empiezan a agotarse para las próximas semanas.

La obra tiene como principal historia la de la hija adolescente Miércoles que se enamora de un típico chico de barrio americano. Gómez, un marido amantísimo, trata de esconderlo a su tétrica y altamente sensual mujer, Morticia, y pagará por ello las consecuencias del secreto matrimonial. Entre medias el Tío Fétido trata de echar una mano en el entuerto con la ayuda por el resto de miembros de la familia, incluidos los difuntos (espectros del cementerio). La trama es bastante simple y desconsuela ver a Miércoles convertida en una adolescente cualquiera. Esta concesión al público familiar se suple con los siempre hilarantes gags de la familia y con una muy buena música, compuesta por Andrew Lippa, que mereció una nominación a los Tony Awards. Para los temas se basó en los dibujos originales de Addams, asignando a cada personaje un instrumento musical. Así, a Gómez le persigue durante el espectáculo una melodía de guitarra española, mientras que Morticia se asocia con un violín cíngaro.

Los mejores números de la obra son, por orden: la entrada, cómo no, con el tema dedicado a la familia Addams, seguido por el solo de Miércoles en “Pulled”. Termina la primera parte con un juego en la cena (dispuesta como en un dibujo original de Charles Addams) que consiste en decir la verdad. “Full Disclosure” es un número con todos los actores en escena y apoyado por una divertida canción. El segundo acto destaca por un par de números. El primero, es un solo de Morticia con los ancestros fantasmales, “Just Around the Corner”, que combina interpretación, danza y canto. El siguiente, el del tío Fétido enamorado de la luna, “The Moon and Me”, en el que el primero danza por los aires hasta alcanzar a su querido astro.

Merece destacar que la producción del Teatro Calderón iguala en grandiosidad a la producción de Broadway, e incluso la supera con algunos aciertos. En su día me pareció que el libreto tenía un sólo defecto, la cesión a la trama principal, la de la enamorada Miércoles, y que sin embargo renunciaba sin acierto a explotar los desvaríos de la extraña familia. En la producción madrileña han contrarrestado este efecto con una nada – ñoña actriz interpretando a Miércoles de forma magistral. Lydia Fairen no suelta una sonrisa ni por asomo y consigue ese efecto tétrico que tiene el personaje. A la abuela le dan algún gag extra, adaptado a nuestro entorno y que hace las delicias del público. La actriz Meritxell Duró ha crecido en el transgresor grupo La Cubana, y algo de eso hay en su abuela disparatada. Fernando Samper hace el grato rol de maestro de la función y es sin duda el personaje preferido de todos, el tío Fétido. Ancestros, visitantes típicamente americanos, mayordomo, resto de familia, andan todos estupendos, sobre todo en los grandes números colares.

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Por encima, y no puede ser de otra forma, los enormes Xavi Mira y Carmen Conesa en el que recordarán como uno de los papeles que más alegrías les vayan a traer, el de Gómez y Morticia, ese matrimonio funcionalmente perfecto y socialmente desastroso. El rol es extenuante: cantan, bailan, hacen mímica, interpretan y hasta se marcan un tango (¡bravo Conesa!). Xavi Mira está deliciosamente embaucador, con números tan delirantes como el de “Estoy mal…”, como el gobierno (español) o el peinado de Trump. Las interjecciones a la actualidad social son uno de los mayores aciertos de la producción. Y el homenaje a nuestro gran José Luis López Vázquez ya es el delirio: “un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo…”. Se nota que Mira está disfrutando del papel tanto como lo que consigue que el público disfrute de él.

Y lo de Carmen Conesa es de admiración. Mismo rictus que Miércoles, pero con el resto del cuerpo en postura contorsionada, brazos cruzados, con medio “pechamen” al aire y moviéndose con un imposible vestido negro. Y con todo facilidades, la ponen a cantar, bailar y divertir.

Realmente el equipo de casting de esta producción (la productora es Letsgo) merece elogio aparte porque han logrado una combinación asombrosa. El Teatro Calderón está además para verlo: esqueletos por las butacas, silla de tortura y lápidas por todas partes. Y como buen musical, la música es en directo, bajo dirección de Pedro Arriero.

El musical empieza en Madrid y luego girará, veremos si para recalar de nuevo en Madrid un tiempo más. La calidad técnica y artística hacen que merezca que se quede un tiempo esta familia negra y oscura. Para los que vayan a la obra con niños, diviértanse y disfrácenlos de pequeños monstruos, y a los que vayan sin ellos, prepárense para morirse de risa un rato. ¡¡Y no olviden chasquear los dedos al inicio de la famosa tonadilla de los Addams!!.

La clá

www.lacla.es

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Imágenes cortesía de LETSGO.