Esto Es Agua. Teatro Confinado. Teatro La Abadía y Pavón Teatro Kamikaze.

israel elejalde

Estos días de confinamiento están trayéndonos agudeza de ingenio. Necesidad obliga. Y en ese camino vamos aprendiendo todos a explorar en formatos nuevos, también lo hace el gremio escénico. Hay iniciativas divertidas, y otras, como la del #TeatroConfinado inventado por el Teatro La Abadía, sorprenden por su atrevimiento y calidad.

De entrada, aforo cerrado y pago de entrada simbólica para la lucha contra el Covid-19 a través de #YoMeCorono. ¿Cómo va la cosa? Pues uno adquiere la entrada como siempre, a través de la Abadía, y se descarga la plataforma de vídeo Zoom. El día de la representación recibe un enlace para conectarse. Te recomiendan media hora antes para anticiparse a problemas técnicos. En la sala virtual nos espera Almudena Nogales, Jefa de Sala del Teatro La Abadía, que va recibiendo a los espectadores cibernéticos. Empieza el espectáculo con el toque de campana tan emblemático del Teatro La Abadía.

Estos días levanta el telón Israel Elejalde, en un proyecto conjunto del Pavón Teatro Kamikaze y el Teatro La Abadía. La propuesta es la lectura en vivo de “Esto es agua”, del novelista americano David Foster Wallace (autor de Infinite Jest, novela que confieso jamás he logrado terminar). El discurso, amoldado por el propio Elejalde, es una versión del original que recitó el propio Wallace en la graduación de estudiantes de la Universidad de Kenyon (Ohio) en 2005.

La cultura americana universitaria tiene mucho que ver con el espíritu patriótico y con una creencia absoluta en el individuo. Cualquier discurso de bienvenida o de cierre de ciclo tiene siempre, por defecto, un tono de arenga y posibilista. Los estudiantes son los mejores porque están precisamente ahí. Y son la realización del sueño americano. Y entran en sociedad para prosperar y ser los mejores.

David Foster Wallace escribió un discurso contrario a esos predicamentos. Son palabras escritas desde la mediana edad, con una mirada cansada por el desencanto, la frustración y los propios demonios que acecharon a este escritor. La elección del texto es un acierto en estos tiempos de introspección. Nos han bajado del tren en el que íbamos, y a todos nos está tocando pensar, de una forma u otra.

El escrito de Wallace no es una crítica a las universidades, él fue animal universitario. Su producción literaria se desarrolló en paralelo a su labor didáctica como profesor universitario. Estados Unidos tiene muchos contrastes, pero entre sus haces de luz está el mundo universitario y el respeto por la enseñanza y el oficio. El inglés es un idioma de un preciosismo exquisito, donde siempre hay una palabra nueva al encuentro, de ahí que haya maestros de la escritura dando clases en la Universidad.

La sacudida de Wallace es a los estudiantes, no a la institución. Les recuerda que cuando se dice que las humanidades enseñan a pensar, hay que profundizar un poco, y entender que lo que realmente hacen no es expandir el intelecto, si no hacer que las personas elijamos en qué queremos pensar.

La narración de Israel Elejalde es cautivadora. Con su proeza habitual es capaz de hacernos creer que estamos ante las digresiones de un artista confinado. Suyas parecen las palabras, tanto es así que la cadencia, las pausas y las subidas, hacen de su discurso un parlamento mucho más electrizante que las palabras entonadas por el propio Wallace. Alguna grabación de mala calidad de Youtube permite la comparación entre autor y actor.

La experiencia es perturbadora por el estado emocional en que sitúa al espectador confinado. Con la libertad de movimiento cercenada, el trabajo colgando de un hilo, los niños encerrados, los amigos queridos sufriendo la enfermedad… con todas estas circunstancias, “lo único cierto con mayúsculas”, nos dice Elejalde mirándonos de frente, “es que uno puede decidir cómo ver las cosas”.

La mala noticia, se lo avanzo, es que “Esto es agua” está agotando entradas, semana tras semana. La buena es que, con cada lleno del patio de butacas, la Abadía, el Kamikaze y Elejalde se animan a aumentar este espectáculo en vivo unos días más en cartel. Elijan, yo en ésto me quedo con la parte buena.

La clá

www.lacla.es

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Esto es agua. Discurso de David Foster Wallace, interpretado por Israel Elejalde.

Teatro La Abadía. Pavón Teatro Kamikaze. #TeatroConfinado.

Duración aproximada: 35 minutos.