Durante el último fin de semana de febrero, la Fundación SGAE homenajeó a la compañía de títeres La Tartana con una exposición y un ciclo de actividades en la Sala Berlanga de Madrid. Este programa forma parte de los festejos conmemorativos de los 40 años de esta mítica compañía de títeres, Premio Nacional ASSITEJ de Teatro Infantil, con Juan Muñoz como su máximo representante.
La Tartana ha hecho espectáculos callejeros, teatro infantil, óperas, y ha puesto en escena a clásicos y a contemporáneos. La compañía pone en valor su actividad de investigación y enseñanza, que está en el centro de su desarrollo creativo.
En la Sala Berlanga se organizaron unas charlas en torno al arte de los títeres, acompañadas de espectáculos en vivo. En el recibidor de la sala se exhibió un conjunto representativo de títeres y autómatas eléctricos, que giraban al pulsar un botón. Entre ellos, muchos de los protagonistas de los espectáculos de La Tartana: un pianista, el caballo Clavileño de El Quijote, unos monstruos, un Chaplin ciclista o una mujer africana.
Como parte más reflexiva, se acompañó el homenaje con una charla coloquio entre Juan Muñoz (de La Tartana) y Concha de la Casa (directora del Centro de Documentación de las Artes de los Títeres de Bilbao). Durante la conferencia se resaltaron aspectos como la evolución histórica, las diferentes manifestaciones, el oficio casi escultórico del titiritero y el estado actual de esta representación artística.
Concha de la Casa recordó la importancia histórica de los titiriteros, que llevaron por Europa la cultura, propagando saberes de distintos países en su labor itinerante. La historia de esta disciplina artística, explicó Concha, no es lineal pues cada cultura ha dado un valor distinto a los títeres, destacando Japón como uno de los países que han integrado este arte dentro de su tradición más clásica, siendo conocido por el Bunraku (arte de títeres). Las vanguardias europeas, con Jean Cocteau como ejemplo, se interesaron también por el títere. Aquí en España, Federico García Lorca escribió algunas obras para los títeres de guante o de cachiporra.
El valor que cada país y cultura ha otorgado el títere es distinto. En Japón se le concede un valor artístico reputado. En Grecia o Turquía hay cátedras para estudiar al títere y sus personajes. En Holanda se ha evolucionado mucho el títere-objeto, es decir, aquél que se vale de objetos ya hechos para animarlos (en contraposición al títere artesano).
Hay espectáculos con un nivel muy alto y, sin embargo, destacó Concha de la Casa, es una pena que en algunas ocasiones el títere siga estando asociado, en culturas como la nuestra, al teatro infantil cuando también llega al público adulto. Lamentó que la formación sea algo residual, a través de cursillos, y que no existan escuelas estables para titiriteros.
Con Juan Muñoz, Concha debatió el arte manufacturero de los títeres. Existe una tendencia a recurrir al títere – objeto. Juan Muñoz lamentó que cada vez sean menos los títeres de taller, y que no haya recursos para dedicar tiempo a investigar y crear. Un espectáculo suele tener, a diferencia de otras artes escénicas, un período de creación de 1 año (no de 3 meses) y que incluye, claro está, la fabricación de los elementos que lo componen. Juan destacó, por otro lado, que existen creadores fantásticos del títere – objeto como “Hugo e Inés”. En todo caso, Concha de la Casa y Juan Muñoz coincidieron en que la técnica debe ir acompañada de una buena dramaturgia para garantizar la calidad del espectáculo. Concha de la Casa reivindicó mayor apoyo de las instituciones a este sector escénico.
Tras el coloquio se representó una acción escénica por La Tartana, llamada “Imagina”. En ella una marioneta articulada, alter ego de Juan Muñoz, surge e interacciona con su creador. Termina el espectáculo escribiendo un emotivo mensaje que resume la historia de esta compañía mítica: “Imagina, 40 años y resisten”.
La muestra de la Fundación SGAE supo a poco, y lo cierto es que daría para una exposición mucho mayor, que bien podría comisariar alguno de los grandes museos madrileños, ya sea desde el lado de la vanguardia, la antropología, las artes escénicas o las artes visuales. Hay ciudades como Bilbao (con el Festival Internacional de Títeres) o Segovia (con Titirimundi), e incluso teatros como el Centro Dramático Nacional (con Titirescena) que han apostado por estas artes, pero hace falta una presencia más estable y una mayor difusión sobre este género escénico.
La clá
*
Fundación SGAE. El arte de los títeres.
http://www.fundacionsgae.org/es-ES/SitePages/Programacion_Taller.aspx?i=393&s=4
Pingback: Madrionetas. Centro Cultural Fernán Gómez, Madrid. | La clá
Pingback: Avance del Festival de Títeres y Objetos en el Teatro Pradillo. | La clá
Pingback: Festival Pendientes de un Hilo, Teatro Pradillo, Madrid. | La clá
Pingback: Recuerda. Compañía La Tartana. Teatro Pradillo. | La clá