¡Anda que no ha llovido!. Casi veinte años desde el primer estreno en España de “Arte” de Yasmina Reza. Buceo en la versión digital del periódico El País, y encuentro las declaraciones de Josep María Flotats a la periodista y crítica Rosana Torres, a propósito de su adaptación y estreno en el Teatro Marquina de Madrid: “Arte es de esas grandes obras maestras del teatro que posee la gran cualidad de que puede ser apreciada por un público muy amplio, ya que satisface las necesidades del espectador entendido, preparado y exigente y las de aquél más popular, que lo que necesita es un divertimento que le haga olvidar gratamente la pelea cotidiana por la supervivencia».
Quienes conozcan la historia saben que tres grandes cómicos (Josep María Flotats, José María Pou y Carlos Hipólito) arrasaron con esta obra repitiendo temporada en el Marquina. Luego vino el montaje bonaerense con Ricardo Darín y un elenco argentino. También se atrevieron nuevos cómicos como Luis Merlo o Alex Ó´Dogherty en sucesivas adaptaciones.
La obra es un blockbuster teatral escrito por la dramaturga francesa Yasmina Reza, autora reputada que luego se atrevió a biografiar el día a día del político Sarkozy en el libro L’aube le soir ou la nuit. Suya es también otra pieza teatral afamada, “Un dios salvaje”, sobre los problemas de las parejas burguesas en la relación con otros padres respecto a sus hijos, un tema que luego ha sido recurrente en la dramaturgia europea.
Tuve la suerte de ver en su día el montaje de “Arte”, en su versión maestra Flotats-Hipólito-Pou. Desde entonces no lo vi, y me asombro ahora al comprobar que la memoria nítida de aquella producción ha sobrevivido a casi veinte años. El buen teatro y las buenas representaciones tienen ese efecto.
Miguel del Arco, que reconoce abiertamente que probablemente uno de sus próximos estrenos va a ser directamente en la UCI (tal es el ritmo frenético de trabajo que lleva), decide levantar, casi al final de la temporada teatral, “Arte” en el Pavón Teatro Kamikaze. Hubiese sido una elección segura para el estreno del propio teatro, pero para sorpresa propia levanta esta producción ya casi al final, con todo el pescado vendido. El Kamikaze debe ser el teatro más animado y socialmente divertido de esta temporada en Madrid, por lo que no necesita un ungüento regenerador (como es “Arte”) para levantar el graderío. Aun así, y como traca final, nos lo ofrecen.
El director y dramaturgo monta “Arte” como a él le gusta hacerlo, dándole la vuelta a la camiseta. Si el canon dice que el escenario debe ser prístino y blanco, él decide meterle escenografía, sin quitar foco de ese cuadro blanco, blanquísimo que describe Marcos en el célebre arranque de la obra:
“Mi amigo Sergio se ha comprado un cuadro. Es una tela de aproximadamente un metro sesenta por un metro veinte, pintada de blanco. El fondo es blanco y si entornamos un poco los ojos, podemos percibir unas finísimas líneas blancas transversales”.
La versión kamikaze de “Arte” está protagonizada por tres actores jóvenes y muy de moda: Roberto Enríquez, Cristóbal Suárez y Jorge Usón. La tonalidad del montaje que imprimen es mucho más actual que el primer montaje patrio. Si los tres titanes eran burgueses a la antigua usanza, éstos son treintañeros-cuarentones a los que imaginamos con el nuevo producto Apple en el bolsillo y yendo a cenar a los locales de moda de la calle Ponzano de Madrid.
Ésta es la maravilla del teatro, y es que cualquier obra se impregna de nuevos aromas con la elección de actores y la puesta en escena. La otra gran cualidad del buen teatro es que los textos sobreviven las modas, y está claro que Yasmina Reza no sólo creó una nueva tendencia teatral, sino que clavó una propuesta escénica que sigue estando vigente.
Tres amigos, a propósito de un cuadro, se ven enfrentados como caracteres. Uno es un yupi acaudalado (Cristóbal Suárez), el otro un profesional medio (Roberto Enríquez) y el último un tipo corriente que va algo flojo de personalidad (Jorge Usón). Si los dos primeros dan el tipo exquisito y educado, el último es torpe y mundano. En los envites entre unos y otros será de donde salga el humor, llevándose Jorge Usón la complicidad del público que llega incluso a aplaudir tras algunos monólogos (rompiendo, lo que dictan las normas).
Revisito “Arte”, veinte años después, convencida de que Flotats estaba en lo cierto. Es una obra grande porque permite acercar el teatro a cualquier tipo de público. Y es perfecta para iniciar a los amigos en la dulce afición de frecuentar teatros en fin de semana.
La clá
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Pavón Teatro Kamikaze
Imágenes de Vannessa Rabade por cortesía del Pavón Teatro Kamikaze.
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