El sábado, 30 de marzo, un grupo de bohemios y peregrinos iniciamos la tradicional comitiva – homenaje a Don Ramón María del Valle Inclán, y a su personaje emblemático, Max Estrella, protagonista de Luces de Bohemia, y de un Madrid esperpéntico. En su vigesimosegunda edición, el Círculo de Bellas Artes encomendó a Javier Huerta, catedrático y experto en el Siglo de Oro, y a la actriz y directora teatral Ainhoa Amestoy la dirección del cortejo, que empezó siendo grande, y terminó siendo multitudinario y tumultuoso.
El recorrido se inició en la calle Mayor 84, cerca de donde se inicia el viaje a ninguna parte de Max Estrella. Continuó hasta la casa de Mariano José de Larra, y desde ahí, siempre al son de la campana blandida por Ainhoa Amestoy, se llegó a la Plaza Mayor. En esta edición el paso devoto de personajes castizos se encomendó a las deidades de Valle Inclán y a Lorca. Al primero, en honor a ese Madrid literato, de saber fino y conocimiento hondo y gamberro. Al segundo, en las paradas casi religiosas, en las que se recitaron poemas suyos y pasajes de los grandes dramas lorquianos.
Como recordó el dramaturgo Ignacio Amestoy, la procesión castiza incluye también homenaje a otros dramaturgos, como a Calderón de la Barca y Lope de Vega, a los que también se clamó y citó, de cuando en cuando. Como hizo Valle Inclán respecto al primero, con su famoso “¡Mal, Polonia, recibe a un extranjero!”, parafraseo de la célebre frase de Calderón en La vida es sueño. En la Plaza Mayor se rindió tributo a los cuatrocientos años de este “espacio de lo común”, como lo tildó el Juan Miguel Hernández León, Presidente del Círculo de Bellas Artes, y catedrático de arquitectura. Ahí la actriz Julieta Soria y el actor Juan Cañas, recitaron y cantaron, como aquellas compañías teatrales de a dos, que recibían el nombre de ñaque.
De ahí a la buñolería modernista, hoy la chocolatería San Ginés, donde se repartió chocolate con churros, y en cuya parada, Pablo Iglesias Simón (Director de la RESAD) y Eduardo Pérez – Rasilla (filólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid) presentaron la nueva edición de Luces de Bohemia, recientemente publicada por la RESAD, e invitaron al público a acudir a la RESAD a disfrutar de espectáculos abiertos.

En la imagen el actor Nacho Sánchez. Cortesía de Garay Talent
Con parada en la Puerta del Sol se llegó a la Plaza de Santa Ana, donde a los pies de la estatua de Federico García Lorca, se vivieron quizás los momentos más intensos de la noche. Carme Portaceli, Directora del Teatro Español, leyó una carta abierta a Don Max, y a esa bohemia a la que se echaba de menos por las calles de Madrid. A continuación, Nacho Sánchez, un joven actor enorme, que ya ha triunfado con obras como La piedra oscura, o El sueño de la vida, pieza inacabada de Lorca que Alberto Conejero completó con su dramaturgia, enamoró al público congregado con preciosos pasajes de esa comedia inacabada de Lorca:
No voy a abrir el telón para alegrar al público con un juego de palabras, ni con un panorama donde se vea una casa en la que nada ocurre y a donde dirige el teatro sus luces para entretener y haceros creer que la vida es eso. No. El poeta, con todos sus cinco sentidos en perfecto estado de salud, va a tener, no el gusto, sino el sentimiento de enseñaros esta noche un pequeño rincón de realidad.
(…)
Venís al teatro con el afán único de divertiros y tenéis autores a los que pagáis, y es muy justo, pero hoy el poeta os hace una encerrona porque quiere y aspira a conmover vuestros corazones enseñando las cosas que no queréis ver, gritando las simplísimas verdades que no queréis oír.
Y la ronda de noche continuó por el callejón del Gato, y por el Ateneo, y terminó en el Círculo de Bellas Artes. Pero la crónica merece que lo deje aquí, con la maravillosa recitación de Nacho Sánchez de las palabras certeras del gran poeta. ¿Para cuándo un dueto o ñaque entre Nacho Sánchez e Irene Escolar a propósito del poeta?
Numerosos bohemios y peregrinos, ayer disfrutamos todos de ese Madrid castizo, abierto e improvisado. Y conversamos y nos emocionamos en un encuentro homenaje al teatro que se convirtió al final en tumultuosa manifestación devota.
La clá
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La noche de Max Estrella
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