El pasado 18 de abril, la Asociación de Abogados de Derecho del Entretenimiento, DENAE, organizó junto con AIPLA (Asociación Internacional de Abogadas especializadas en Propiedad Intelectual) y FIDE (Fundación Derecho y Empresa) un encuentro para debatir en torno al auge del Teatro Documento.
El foro, moderado por la abogada Magali Delhaye, contó con la presencia de tres profesionales del mundo de las artes escénicas, que aportaron su experiencia en tres proyectos teatrales de enfoque y contenido diverso, pero siempre tomando los postulados del Teatro Documento como metodología de trabajo.
Alba Muñoz es adjunta producción del Proyecto 43-2, liderado por la dramaturga (actriz – creadora) María San Miguel, y nominado en la edición 2019 a los Premios Max de teatro. Este proyecto ha tenido la osadía de tratar el conflicto vasco en años en que la banda terrorista ETA continuaba en activo. A partir de entrevistas con familiares de asesinados de ETA y con ex – etarras, Proyecto 43 – 2 ha construido una dramaturgia para el diálogo. A partir de estas entrevistas, surgió la trilogía sobre el conflicto vasco que ha estado en cartel en el Teatro Abadía de Madrid.
Alba Muñoz explicó las premisas básicas sobre las que se ha desarrollado este proyecto teatral. Como punto de partida está la concepción del teatro como herramienta de transformación social y, en particular, como herramienta para hacer memoria histórica y deslegitimar la violencia. Una de las inquietudes de sus creadores es fomentar el diálogo y permitir que jóvenes que no han vivido la violencia sean capaces de saber lo que fueron los años de terrorismo de la banda ETA. Al mismo tiempo, la dramaturgia de Proyecto 43-2 está íntimamente relacionada con una narrativa capaz de construir realidades, y que es, sin duda, valiente en sus opciones. Proyecto 43-2 se acercó a ex etarras que abandonaron la banda. En este sentido pretende ensalzarse como una narrativa disidente, capaz de dar voz al otro. Por eso Proyecto 43-2 habla de “víctimas” y “victimarios”, restaurando de alguna forma la condición de aquéllos que voluntariamente decidieron alejarse de la banda terrorista a la que pertenecieron.
Como parte de su intervención, se proyectó un vídeo producido por Alba Muñoz para explicar el proceso de construcción de las entrevistas y testimonios que servirían luego para construir la dramaturgia de María San Miguel. Se tomó como base los encuentros restaurativos que surgieron a partir de la petición de presos ex etarras de reunirse con los familiares de asesinados para pedir perdón. En esta acción mediadora fueron claves figuras como Mercedes Gallizo (ex directora de instituciones penitenciarias), Txavi Echevarría (abogado penalista) o la propia mediadora Esther Pascual. El resultado de la labor de investigación y producción dramática dio lugar a las 3 piezas teatrales que se pudieron ver en el País Vasco. Como conclusión a su charla, Alba Muñoz destacó que, si algún espectador se hace una pregunta nueva o se resquebraja, entonces Proyecto 43-2 habrá logrado su objetivo.
Itziar Pascual, dramaturga y profesora de la RESAD, compartió su experiencia como dramaturga de la pieza teatral “Tarjeta Roja”, que ha podido verse en el espacio teatral Nuevo Teatro Fronterizo. Con la colaboración de diversas instituciones, se puso en contacto a un grupo de refugiados con un grupo de autores. El objetivo de este proyecto, impulsado por La Casa Encendida, fue posibilitar que el testimonio – vivencia de cada refugiado se convirtiese en una escritura escénica. Como enfatizó Itziar, el teatro tiene la capacidad de romper la invisibilidad de los refugiados porque una cosa es la cifra de personas, y otra es el testimonio personal e individual de cada refugiado. Itziar Pascual compartió lo que fue su experiencia de encuentros con la refugiada Rosa Elena, y el efecto transformador de la experiencia. La literalidad del relato confesó Itziar, fue a veces insoportable. Para terminar, compartió un texto dramatizado de un pasaje de la pieza “Tarjeta Roja” y explicó el motivo del título. Para los refugiados, la tarjeta roja es el documento oficial que acredita la condición de refugiado. De esta forma, mientras que en el fútbol las tarjetas rojas expulsan, en la vida real hacen que te quedes.
Para finalizar el encuentro, Lucía López, abogada y doctora en Derecho, compartió su experiencia como asesora e integrante del equipo de producción de “Jauría”, obra de Miguel del Arco y de producciones Kamikaze. Lucía López también ha colaborado en la pieza de teatro documental Consentimiento, de Magüi Mira para el Centro Dramático Nacional.
Lucía comenzó citando a Strindberg, y recalcando que el teatro tiene que conmover y modificar la sociedad. Bajo estos postulados se construyó el proyecto de “Jauría”, un ejercicio escénico que desde el principio fue concebido por Miguel del Arco como un proyecto teatral capaz de traspasar las tablas. Por ese motivo, junto con la representación del juicio de la Manada, “Jauría” tenía que ser capaz de ejercer su poder en diálogos y debates abiertos. Los lunes, los actores y el equipo técnico regalan a chavales la función, invitando a institutos públicos a que asistan a verla.
Lucía López confesó que se lanzó a la piscina (sin manguitos) cuando Miguel del Arco le propuso que participase. Su papel en la producción fue integral. Colaboró en la lectura del texto creado por Jordi Casanovas, asesorando sobre ciertos extractos y en las adendas. Pero, sobre todo, estuvo pegada al equipo de actores. Les ayudó a entender que todas las preguntas emitidas en juicio tienen una intención para la defensa, y también a que comprendieran los tipos delictivos. Incluso les propuso un par de clases teóricas sobre instrucción del procedimiento penal. La idea es que los actores no mecanizasen el texto, sino que pusieran a sus palabras la misma intencionalidad perseguida en juicio por los letrados. Como abogada penalista y asesora de víctimas de maltrato, Lucía López compartió el enfoque de Miguel del Arco y Jordi Casanovas al mostrar no sólo los hechos de la violación, sino el posterior juicio oral. Para cualquier mujer víctima de un delito contra la sexualidad, el hecho de revivir el proceso se convierte en un viaje interior que acaba por revictimizar la mujer. En cuanto a las críticas de sectores feministas, Lucía López enfatizó que la obra está construida sobre un respeto absoluto a la víctima, y la premisa absoluta de la que partió fue la de informar previamente a la familia, que aprobó la obra.
El encuentro de DENAE terminó con un rico debate en el que las ponentes coincidieron en subrayar que el Teatro Documento lleva intrínsicamente un principio ético y deontológico en su construcción y toma de postura.
La clá
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DENAE
Imágenes cortesía de Proyecto 43-2, Pavón Teatro Kamikaze y Tarjeta Roja.
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