En Compañía de los Clásicos. Encuentro con Miguel del Arco e Israel Elejalde. Teatro Clásico.

La Compañía Nacional de Teatro Clásico ha lanzado estos días de confinamiento y desescalada una campaña, “En compañía de los clásicos”, a través de Facebook, Twitter e Instagram donde ofrecen entrevistas con profesionales del teatro, encuentros en vivo y algunas piezas dramáticas producidas durante el cierre forzoso de teatros.

Plato fuerte de esta iniciativa fue el encuentro celebrado en sesión de Zoom el pasado 26 de mayo entre Miguel del Arco e Israel Elejalde, actores, directores, amigos mutuos, y gestores del Pavón Teatro Kamikaze.

Se conocieron en 1997, en la producción de El anzuelo de Fenisa, de Lope de Vega, dirigida por “una Pilar Miró que imponía”. Miguel del Arco era Albano e Israel Elejalde Triviño. La producción debió ser exquisita, a juzgar por las imágenes del montaje que acompañan la edición de la obra realizada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Escenografía de Andrea D´Odorico y figurines a cargo de Pedro Moreno y Rafael Garrigós.

En la conversación, Israel Elejalde habló sobre su experiencia durante 15 años haciendo casi exclusivamente “clásico”, en las tablas españolas, e incluso con el Director la Comedie Française. Por su parte, Del Arco recibió la formación en la RESAD, que continuó luego sobre las tablas.

La percepción, compartida por los dos, es que existe un gran legado histórico teatral en nuestro país, que choca, sin embargo, con la ausencia de una técnica o escuela clásica interpretativa, a la manera de los ingleses o los franceses que juegan, ellos sí, sobre “un suelo bien firme”.

Ese bagaje clásico es, para ambos, fundamental a la hora de acometer una escenificación contemporánea de los clásicos. Como actor, Elejalde entiende su técnica clásica como una herramienta fundamental de la que, en un determinado momento, se valió para “olvidarla”, y que ha recuperado recientemente, pero ya “desde otro lugar”. Miguel del Arco habló, fundamentalmente, del proceso de reescritura y puesta en escena de textos clásicos. Cuando se acerca a Shakespeare, Molière o Sófocles, le interesa encontrar esa tecla en los textos clásicos que, pulsándola, produce una resonancia con el siglo XXI, “sentirse concernido para poder concernir”. Y en ese ejercicio, le divierte pensar en William Shakespeare como hombre de compañía, trabajando la reescritura de sus piezas, según cómo fuese funcionando en las representaciones.

La charla alcanzó el punto álgido con su propuesta común de acercamiento de los clásicos hacia los nuevos públicos. “El trabajo de ganarse a los espectadores”, comentó Del Arco, “es un cuerpo a cuerpo”. Elejalde recalcó que eligió su profesión porque de joven, en el instituto, le llevaron a ver teatro. En este punto coincidieron en que es fundamental elegir las piezas con las que inocular a un público adolescente el gusto por el teatro. La dama duende puede ser un gancho perfecto, mientras que Pinter (añadio Elejalde) puede resultar detestable y monótono en la juventud.

Entre los montajes clásicos que les marcaron en sus inicios, coincidieron los dos en citar el montaje de Eduardo II, dirigido por Lluis Pasqual, con un jovencísimo Antonio Banderas. Sobre próximos trabajos clásicos que les gustaría montar, Israel Elejalde querría cerrar el cuarteto de ases representado a MacBeth y Lear, y añadió La escuela de las mujeres de Molière. A Miguel del Arco le apetece hacer La vida es sueño. En un guiño irónico, comentó que hay algo en el enclaustramiento que lo hace muy clásico.

Este tipo de encuentros montados por la Compañía Nacional de Teatro Clásico seguirán durante el mes de junio, con una propuesta rica y diversa que puede consultarse en este enlace.

La clá

www.lacla.es

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Imágenes cortesía de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.