El Pájaro de Dos Colores. Fundación Juan March, Madrid.

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Durante unos pocos y exquisitos días de enero se pudo disfrutar en la Fundación Juan March de un estreno absoluto de la ópera de cámara El pájaro de dos colores, compuesta en el año 1951 por el músico Conrado del Campo (1878-1953) y escrita por el libretista Tomás Borrás (1891-1976). Fue un montaje completo, una joya de altísima producción artística, que no deja espacio fuera de elogio.

De entrada, la apuesta por un género poco conocido, la ópera de cámara, que tuvo cierta notoriedad allá por los años veinte y treinta, con obras compuestas por músicos como Stravinsky, Bartók o Falla. La Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela han rescatado no sólo un género, sino también la pieza inconclusa del compositor español Conrado del Campo, encomendando al músico Miqel Ortega que concluyese la partitura original. Hay en este proyecto: reconocimiento a un músico moderno español, a una de sus piezas más originales, y una encomienda a un músico actual para que finalice lo inconcluso.

Toda esta labor ha quedado plasmada en un programa de mano (gratuito, como el espectáculo) que es un regalo para los asistentes. Con textos de los partícipes en la producción y de investigadores, la edición incluye el libreto completo e imágenes de la época, junto con diseños para el montaje original que no llegó a estrenarse. Se complementa así la altísima producción artística, con materiales divulgativos cuidadosamente editados pensados para el público partícipe.

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Como añadido divulgativo, la Fundación March, en colaboración con Radio Clásica de Radio Nacional de España, La 2 de TVE y YouTube Live, emitió en directo algunas de las funciones, llegando con ello a un público mucho más amplio.

El argumento ideado por Conrado del Campo, al que Tomás Borrás puso desarrollo, tiene un aire marcadamente simbolista, con una fábula de pocos personajes, antropomorfos, representación de los caracteres humanos. Está el Mono, un ser posesivo y manipulador, que encierra al Pájaro, representación de lo femenino, la seducción y la femineidad, para que sólo él pueda oír su canto. Don Tigre, arrogante y farfullero, tratará de conquistar al pájaro, al que el Mono convertirá en mujer, confiando en que la vanidad repela a los enamorados. La fábula se desarrollará en un espacio ficticio, el paraíso, habitado también por un saltimbanqui, que hará las veces de mimo y sirviente.

La fábula, bien hilada, concluye de forma modernísima, sin apasionado final, con una referencia a la filosofía (es decir, el racionalismo), como envenenada amenaza del Mono hacia el fin del amor de la pareja.

La puesta en escena de esta ópera en breve es de una exquisitez absoluta. Rita Cosentino (Directora de Escena) y Carmen Castañón (Escenografía) han creado un espacio flanqueado por los músicos del Grupo de cámara de la Joven Orquesta Nacional de España, en el que se abre un colorista escenario, circundado con bombillas a lo Music Hall. Los elementos son sencillos, como si se tratase de una elegante animación, en la que la iluminación de la jaula se convierte en el más poderoso elemento de la escena. Siguiendo esta estética de Music Hall (que el propio Conrado del Campo ideó para su obra nunca estrenada), destaca un rico y vistoso vestuario, a cargo de Gabriela Salaverri, con un divertido traje chaqueta leonino, un schopenhaueriano Mono, y un delicado pájaro con cambio de vestidos.

Los artistas operísticos son maravillosos cantantes, pero también fantásticos intérpretes, algo que no escapa a la grabación en directo del espectáculo. Sonia de Munck, soprano, interpreta al pájaro cantarín, y a la mujer deseada. Cosas del azar, a Sonia de Munck la vi en otra gran producción operística, en este caso en el Teatre del Liceu, El enigma de Lea, en la que se da otra fábula simbolista, de tono más oscuro, en la que la mujer también es secuestrada, y custodiada por dos perversos seres. La belleza de Sonia de Munck como pájaro, y el bello pasaje de careo entre su voz y el de la flauta, muestran su enorme versatilidad como intérprete operística. Gerardo Bullón es el Mono – Schopenhauer, que protagoniza prácticamente la fábula entera, con enorme presencia. Borja Quiza es un divertido Tigre, fanfarrón, y plegado a sus pasiones. Aarón Martín es un espléndido mimo, con pequeños números intercalados con gracia, en los que despliega su oficio con elegancia clásica.

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La dirección musical de El pájaro de dos colores corresponde al propio Miqel Ortega, autor de la parte inacabada de la pieza. Comienza el espectáculo con un pequeño juego de magia del director, en un guiño juguetón a lo que ha sido un regalo musical puesto en escena por la Fundación Juan March. ¡Bravo!.

La clá

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El Pájaro de Dos Colores. Fundación Juan March.

www.march.es

Imágenes de Dolores Iglesias. Cortesía de Fundación Juan March.