I Tre Gobbi. Fundación Juan March.

La Fundación Juan March recupera en esta temporada uno de los ciclos más interesantes de su programación, el Teatro Musical de Cámara. Su propósito, rescatar piezas musicales y operísticas de pequeño formato y representarlas en su sede en la calle Castelló. Poco antes del cierre pandémico, la March había estrenado otra pequeña joya, El pájaro de dos colores, con música de Conrado del Campo y libreto de Tomás Borrás.

En esta ocasión se estrena I tre gobbi (Los tres jorobados) del compositor Manuel García (1775-1832), sobre el texto original La favola de´tre gobbi (1749), escrita por el comediógrafo italiano Carlo Goldoni (1707-1793). La pieza es estreno absoluto en España, y ha sido rescatada de la Biblioteca Nacional de París, con arreglos musicales para recortar algunas de las filigranas vocales que tanto apreciaba Manuel García. Así lo explicaba en una de las representaciones, el director musical y pianista de esta producción, Rubén Fernández Aguirre. El ciclo es el resultado de la estrecha colaboración entre el Teatro de la Zarzuela y la Fundación Juan March, en un ejercicio de regalo escénico (permítanme: un bono cultural) para el público madrileño. Son tantas las alabanzas para este programa que hay que ir paso a paso. Lo primero a destacar es el gusto por rescatar importantes músicos y obras pocas conocidas. En semejante empresa participan no sólo reputados musicólogos, sino destacados intérpretes y consolidados artistas y técnicos escénicos. Los pases son de acceso público y gratuito (bajo invitación), y no sólo se regala una butaca privilegiada para un espectáculo elegante e intimista, sino que además se entrega un programa de edición cuidada y mimada, que es una alegría para el tacto y el intelecto.

La escenificación es un juego de tres saltos de época. En el siglo XVII, La favola de´tre gobbi se escribió como un intermedio escénico de corte cómico para un espectáculo de mayores dimensiones. Su representación es similar a otras piezas del Siglo de Oro español, y se concibió para ser declamado por una compañía cómica en recintos comerciales venecianos. La pieza de Manuel García, compuesta en 1831, pasó de los locales venecianos a un salón burgués parisino en forma de ópera bufa o de pequeño formato. Ahora, en 2021, la pieza pasa a ser una representación deliciosa para un recinto acogedor como es el salón de la sede de la Fundación Juan March en Madrid, pero no se queda ahí. Dentro de su estrategia de difusión digital en medios, I tre gobbi se ha grabado para su emisión en streaming en Youtube, Radio Clásica y, por supuesto, en el Canal March.

El gusto de esta producción viene de rescatar los sabores burgueses de la pieza. José Luis Arellano, director artístico y fundador de LaJoven, está a cargo de la dirección, que cuenta con una bonita escenografía de Pablo Menor Palomo, en tonos rojizos querecuerdan el estilo japonaiserie de Mariano Fortuny, con un panel floreado que se desliza sutilmente. El vestuario, a cargo de Ikerne Giménez, toma la inspiración afrancesada del siglo de las luces, con grises espejos. En un escenario chico es imprescindible contar con una coreografía alegre y pilla, que acompañe con gracia a la divertida trama. Andoni Larrabeiti, con sobrada experiencia también en clásicos, aporta los movimientos de escena.

El acompañamiento musical es de Rubén Fernández Aguirre, pianista reconocido, que inunda de sonido marcado el auditorio cautivo. Sobre escena cuatro grandes intérpretes vocales, que lo son también artísticos: Cristina Toledo, David Alegret, David Oller y Javier Povedano. La pieza, que incluye numerosas florituras vocales, se caracteriza por los contrastes en tono de sus intérpretes. Si Madama Vesozza debe representar con su voz la belleza de su persona, al conde Bellavita le corresponde otro tanto. Cristina Toledo es cantante operística y ha participado en producciones en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona en el Real de Madrid. David Alegret es experto en el repertorio rossiniano y mozartiano, y la pureza de su voz es un encaje perfecto para esta partitura floreada. El cante de I tre gobbi tiene el divertimento de incluir a un tartaja, al que David Oller le da una gracia vocal y una presencia especial. Javier Povedano es el primer pretendiente jorobado en aparecer en escena, y su imponente timbre se hace notar desde el principio. La pieza, sin embargo, no valdría nada si a los divertidos textos y engranajes vocales, no le acompañara cierta picardía en la interpretación, que es colorida y afinada en los cuatro.

Si tienen la ocasión de disfrutar de I tre gobbi (disponible en Canal March), siéntanse como el honrado burgués que acude a una pequeña representación de cámara en un salón rico parisino. La producción es una bombonera escénica, una preciosidad cantada que es un regalo para el espectador.

La clá

http://www.lacla.es

*

Fundación Juan March

Madrid | Fundación Juan March

Imágenes cortesía del equipo de prensa de Fundación Juan March.